lunes, 28 de junio de 2010

Observada.

Ese viernes recibí la llamada que tanto esperaba. Mi Amo insiste en que debo probar varias cosas para saber si me gustan o no... Estamos en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el que yo tengo que pasar por algunas pruebas y de esa manera él sepa de qué forma continuar mi entrenamiento.

Debía usar un vestido azul que él me regalo hace un par de semanas, dice que me queda fantástico. Debía ser lo único que utilizara, nada de ropa interior o accesorios, excepto un par de aretes pequeños y eso porque le insistí que me permitiera llevarlos por esta vez.

Tenía que estar lista a las 3 menos cuarto en el mismo lugar en el que nos vemos cada vez: mesa de la esquina, silla que queda de frente a la pared. Cumplí y llegué muy puntual, sin embargo él tardó todavía 11 minutos más en llegar. Pude verlo desde el reflejo del cuadro que tengo enfrente... pero no venía solo. Detrás de él venía una mujer. Se veía una mujer madura, quizá 35 años, venía vestida con un fino y hermoso vestido rojo, sandalias en el mismo tono y lentes oscuros. Me sorprendí de la rapidez con la que llegaron a la mesa, me puse de pie y recibí de él un abrazo y un beso... de inmediato me presentó a la chica. Se llama Cindy, me dijo... va a ser espectadora de lo que te va a suceder hoy. Sonreí forzadamente pues estaba entre sorprendida y molesta.

Nos sentamos los 3 a la mesa y él procedió a revisar que hubiera cumplido las instrucciones... abre las piernas, me indicó. Como yo estaba de frente a la pared y estábamos en la mesa del fondo, nadie podía ver nada. Noté que estaba contento de que hubiera obedecido, me dio un beso en la mejilla, acarició mi cabello y me dijo sonriente: 'muy bien, perrita'.

No pude evitar sonrojarme mientras duró la revisión y tampoco cuando me premió con el beso y la caricia. Ella lo observaba todo atentamente y, aunque no hacía comentario alguno, yo me sentía por completo avergonzada. No soy una sumisa... estoy entrenándome para ello. Quizá sea esa la razón por la que aún no entendía mi papel en esa situación... o tal vez lo que no entendía era qué hacía ella ahí.

Bebimos un poco de café mientras él le contaba a ella desde cuándo nos conocíamos, las sesiones que teníamos y en lo que consistían, de pronto yo me sentía por completo excluída... y celosa. La atención era por completo para ella y yo me limitaba a sonreír y asentir cuando él me preguntaba algo. no sé exactamente cuánto tiempo pasamos ahí sentados... sólo sé que me sentía incómoda, fuera de lugar, molesta y con muchas ganas de salir corriendo.

Después de algunos minutos él decidió que era hora de retirarnos, pagó la cuenta y nos invitó a un lugar más privado. La tomó del brazo y la condujo hasta el automóvil, yo caminaba detrás de ellos luchando contra mí misma para no salir huyendo... en realidad era lo único que deseaba... Me preguntaba mil cosas y no lograba entender las razones que tenía para exponerme de esa forma ante ella... de humillarme y al rato, seguramente, castigarme... ya no solo para SU placer, sino también para el de alguien que era una perfectadesconocida para mí.

De alguna manera vencí la tentación de rebelarme y decirle que no era eso lo que yo quería... decirle que ya no quería ser suya y que si tanto quería estar con ella... que lo hiciera, que yo porfectamente podría retirarme... pero no lo hice. Obviamente me subí en el asiento de atrás, ella en el del copiloto. El camino hasta el lugar en el que habría de llevarse a cabo la sesión lo pasé en el más absoluto silencio... las manos me sudaban y mi corazón latía rápida y escandalosamente. Los miraba desde atrás y procuraba no escuchar lo que decían... ambos reían y yo luchaba contra la humedad de mi entrepierna que, por alguna razón, ya era excesiva.

Alguna vez comenté con él que sería vergonzoso ser castigada frente a alguien más pero que al mismo tiempo me parecía algo deliciosamente excitante... él solo respondió: 'ya veremos, niña... ya veremos'. Estábamos a punto de llevar a cabo el jueguito... quizá lo que me molestaba era que nadie me consultó nada... pero supongo que era parte de lo mismo.

Al llegar al lugar en donde solemos sesionar ella entró primero, él después y al último yo. Hay una pequeña salita de estar y al lado una cama y un par de mesitas. Ella tomó asiento, cruzó la pierna y parecía dispuesta a no perder detalle de lo que ahí estaba a punto de suceder. Yo me sentía cohibida y un poco incómoda.

La primer indicación fue que me inclinara y pusiera las manos sobre una de las mesas.... el derecho a usar los aretes me iba a costar unos cuantos azotes con la regla de madera. 10 contados en voz alta.

Me preguntó si me sentía incómoda y no pude mentir... volteó a mirarla y le dijo: 'vas a ver como se castiga a una niña mala y desobediente'... sonrió y me pidió que me desnudara por completo. Sentí miedo, vergüenza, humillación... No quería estar en esa situación pero ya no había marcha atrás. Despacio me quité el vestido y volví a la posición anterior ante una seña suya. Ahí inclinada me limité a cerrar los ojos... sabía que venía un castigo fuerte... pasaron unos segundos y aún no recibía ningún azote y tampoco escuchaba la regla en el aire como suele hacerlo a veces para asustarme. Tampoco me animaba a voltear pero la curiosidad me devoraba... de pronto lo escuché lejos, en la salita, con ella... se estaban besando.

Mantuve la posición y, por más que lo intenté, no logré entender nada de lo que se decían entre susurros. Cuando pude volver a la realidad fue porque sentí el primer azote caer sobre mis nalgas desnudas... me estremecí y solté un 'ouch' que se vio interrumpido por una serie de azotes rápidos en los que se me requerían explicaciones a las que yo no sabía cómo responder.

Nuevamente mantuve la posición mientras él le explicaba a ella que yo era una niña linda que a ratos se portaba mal y por ello había que castigarla... ella sonrió, me preguntó si estaba bien y a él le dijo que no fuera malo... 'Esto no es nada', contestó y me pidió recostarme en la cama boca abajo. -Ven- le dijo a ella... -mira como se le ha puesto roja la cola-... De pronto sentí las manos de ella recorrer mis nalgas, sintiendo el calor que habían producido los golpes y la ligera inflamación que había ya en la piel. Pude adivinar también la expresión en su rostro... - Estás loco, le dijo a él.

Fue hasta ese momento que me enteré que ella no gustaba de estos juegos... no era spankee, ni sumisa, ni esclava... solamente una amiga curiosa del Amo encargado de mi formación... y él, generosamente, la invitó a ver una de sus sesiones...

Le explicaba cada castigo, la forma en que lo aplicaría, las razones por las que lo hacía y las consecuencias que ello traería para mí... 'Esto lo hago porque desobedeció, esto lo hago porque necesito que aprenda un poco de humildad... y esto lo hago porque me provoca muchísimo placer...'. Ella estaba estupefacta.

Muchas cosas pasaron esa tarde... algunas de ellas no las entendí y no prentendo hacerlo... me llevé varios castigos que ya teníamos pendientes de tiempo atrás y también pude disfrutar de sus caricias y sus besos... Sin embargo aún me encuentro confundida y sé, lo entendí ese día, que no me gusta sentirme observada.

Continuará...

YoSpankee
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque no se de tu AMO , me atrevo a opinar es obvio que lo hizo para humillarte basicamente , para que sepas cual es tu posicion como sumi y cual es la de EL, asi lo he entenido yo , y no es facil nada facil..... :) una se siente un poco celosa y como dices fuera de lugar incomoda y a veces hasta puedes tener ganas de llorar o de salir corriendo, ( pero sobre todo p q la mujer no era ninguna del gremio), pero se fuerte ,tu eres su perrita creo q lo q ELLos desean es q seamos mas dóciles y sin esa actitud acaparadora femenina rebelde reclamona y algo egoista que tenemos todas las chicas , es inevitable....
Hay cosas que no son agradables :)
...es un proceso de descubrimiento

Anónimo dijo...

Suerte y besitos

Anónimo dijo...

Respeto completamente tu decisión de comenzar un entrenamiento como sumisa, al igual que ACERTIJO, yo lo entiendo como una manera de humillarte por parte del Amo y una forma de avergonzarte trayendo consigo a una completa extrña y no perteneciente a este mundo. A lo que voy es, si algo te molesta, dícelo sutilmente sólo para que sepa que, aún siendo sumisa (en proceso, según entiendo), también tienes derecho a imponer o a sugerir límites. Espero no haberme metido demasiado en cuestiones personales.
Saludos y mucha suerte!!! ;)

Anónimo dijo...

Veremos el final para poder opinar!!!

Anónimo dijo...

Excitante, imaginé cada escena y ...
memo.spanker

Anónimo dijo...

Espero la segunda parte.
Saludines y muchas nalagadas.
memo.spanker