jueves, 22 de noviembre de 2012

A flor de piel.

Nunca había escrito algo en mi blog inmediatamente después de una azotaína... es extraño, aún no digiero por completo lo que acaba de suceder. 

Mi novio/spanker no es un spanker en sí... es decir, lo es porque gusta de participar en el juego del spanking conmigo, no lo es porque no es algo que haya surgido de él... lo aprendió y lo puso en práctica conmigo y no trae cargando todo ese costal de conocimientos, 'experiencias', clichés... ni mucho menos presunción spankos.

Hoy me sorprendió con la decisión de que tendremos un 'cuarto de juegos'... obviamente no se refiere a los juegos convencionales, hablaba de spanking. Se trata de tener un espacio especial en donde, al yo saber que me pide ir ahí, sabré también cuales serán los fines de tal indicación. UFF!

Mañana se va de viaje... 4 días solamente... pero las nalgadas de hace un rato deberán 'durar' hasta su regreso para que, entonces, sí aplique el castigo correspondiente como debe ser.
Verán, nosotros practicamos el spanking, generalmente con fines eróticos... quizá es que el spanking disciplinario se escapa de nuestras manos pero nos sirve perfectamente como parte del proceso para disfrutar todo esto. En fin... que estoy sentada un tanto incómodamente escribiendo esto... sintiendo aún las palpitaciones fuertes de mi corazón y... otras zonas de mi cuerpecito... necesitando hacer extensa esta sensación hasta dentro de unas horas en que, ya juntos en nuestra cama, demos continuidad a lo que dejamos pendiente hace un rato... aunque también vayan de por medio algunos reproches, quizá algunas nalgaditas y muchos regaños para lo que aún me falta 'pagar'.

No soy una niña, ni soy capaz tampoco de creerme el rol... pero me excita sobremanera la forma en la que, de a poco, él va aprendiendo a hablarme, mirarme y reñirme porque 'me porté mal y merezco un castigo'...

No me digan si este post no tuvo pies o cabeza... es que aún estoy con la emoción de las nalgadas recién recibidas... y para los más morbosos les diré que sí hubo azotes con la mano... pero también con un paddle de madera (que fue el protagonista de la función) y unos cuantos con la vara. La posición durante el castigo fue de rodillas sobre la cama pero apoyada con los codos... de tal forma que mis pobres nalgas quedaron completamente expuestas para los fines necesarios. De ropa solo traía una camiseta, un sueter y unas calcetas largas hasta la rodilla.

Debo confesar que hubo un poco de compensación para mis rincones húmedos... en la misma posición que tuve que mantener durante las nalgadas.

Así que aquí estoy, con ardor en las nalgas y mucha ansiedad que surge de la forma en que ha ido evolucionando mi relación, tanto spanko como vainilla, con mi novio/spanker.

YoSpankee

domingo, 18 de noviembre de 2012

Fin de semana.


Hacía tiempo que no había oportunidad de un intercambio de placeres, últimamente el trabajo y los compromisos, tanto laborales como sociales, no nos habían permitido estar juntos en esos menesteres íntimos.

Muchos días pasaron en los que ambos llegábamos tan cansados que, a medias, nos contábamos acerca de nuestro día de manera respectiva, intercambiábamos un ‘te amo’ y el beso que no tiene excusa…

Este fin de semana quisimos descansar, utilizar el par de días libres de estrés para regalarnos tiempo y, de ser posible, no salir de la cama más que para lo estrictamente necesario…

Vimos tv, escuchamos música y platicamos de todo aquello que hacía días no nos dábamos la oportunidad. El sexo no fue pretexto, más bien fue parte de todo lo que teníamos pendiente y que, al mismo tiempo, nos hacía extrañarnos el uno al otro.

En algún momento yacíamos exhaustos, felices, sonrientes… tú sentado en la cama leyendo algún libro electrónico en el iPad, yo boca abajo leyendo de manera más clásica, sobre papel… tú sostenías con una mano la tableta y con la otra acariciabas cariñosamente mis piernas, muslos y nalgas… algún comentario travieso, pellizquitos provocadores y, de mi parte, labios mordidos y deseos de que, eso que tanto me gusta, se diera de forma natural y no premeditada… sin posiciones, regaños o situaciones clichés spanko… y así fue.

De a poco las caricias se fueron convirtiendo en nalgadas suaves que, por repetitivas, comenzaron a causar un leve escozor… en algún momento la velocidad y la fuerza comenzaron a incrementarse hasta que me quejé y quise moverme pues, aunque el placer también iba en incremento, la reacción es involuntaria y, quizá, la estrategia adecuada para provocar… un poco de psicología inversa, digamos.
Justo en el momento en que quise levantarme y sobarme recibí la instrucción/amenaza. Con un movimiento de tu mano sobre mi espalda fui obligada a adoptar nuevamente la posición que, cómodamente, había mantenido hasta ese momento.

Mi ropa interior, que era lo único que traía puesto en ese momento, fue removida de nueva cuenta… las nalgadas caían cada vez con más fuerza y velocidad… cualquier súplica de mi parte era rápidamente callada con un azote más fuerte que los anteriores. De alguna manera comenzaba a asumir esto como un castigo, sin razones, simplemente por el placer de compartirlo.

Confieso que, aunque mis nalgas dolían, los rincones de mi cuerpo experimentaban ese placer que tan bien conozco y que me encantaría sentir todo el tiempo. Mi cuerpo comenzaba a reaccionar, no solo al dolor, también a la necesidad… al deseo… a ti.

Es difícil describir la forma en la que nos complementamos, la forma en la que me conoces y sabes conducirme lenta y apasionadamente hasta llegar a donde me haces estallar, hasta donde las sonrisas se vuelven cómplices y el temblor de mi cuerpo es envuelto por tus brazos que me aprietan fuertemente y me susurras cosas al oído, solo para corroborar lo que acabas de conseguir.

Después me levanto y voy a bañarme… estoy exhausta pero feliz.

El fin de semana no termina aún.

YoSpankee

martes, 13 de noviembre de 2012

De terror...




Hace poco veía la tv con mi novio… sin mucha expectativa, debo confesar… pero sí con mi mente en otro lado. Últimamente los problemas son más fuertes que yo, la disposición a permanecer activa en una realidad que no es la mía no me atrae sobremanera… y en eso estaba yo, divagando de todo y nada, yendo y viniendo entre estupideces y la inmortalidad del cangrejo cuando comenzó la segunda temporada de la serie que, en su anterior entrega, me atrapó al grado de no perderme un solo capítulo.

American Horror Story: Asylum.

¿Qué tiene que ver esto con el spanking?, se preguntarán, queridos míos… y yo sonriente les contestaré que, esta serie, está llena de escenitas traviesas, saboreables y antojables… Ufff!!

Fuera de los personajes impactantes, ya sea por su apariencia, fuerza o importancia dentro de la historia, ¡hay spanking!... Sí, spanking ‘disciplinario’ con cane a manos de una ruda, aunque hipócrita y autoritaria, monja a cargo del lugar… Todas las escenas, las que he visto hasta ahora, algunas explícitas y otras sugeridas, han sido sobre las nalgas desnudas de la pobre víctima que, aunque sea por alusiones de  parte de otros personajes, es sabido que quedan bastante maltratados e imposibilitados para sentarse durante varios días.

En una de las escenas, la que me atrapó, por cierto; una monja comete una ‘estupidez’ y, ella misma, solicita a la hermana Judy que la castigue… incluso insiste en que la vara que hay sobre la mesa no es lo suficientemente grande y corre al armario, sutil y clásico en mis fantasías, contenedor de los instrumentos de castigo y toma una vara, quizá más grande y pesada que la anterior… corre con ella, la ofrece a ‘la spanker’, se levanta el hábito, se baja las bragas y se inclina sobre el escritorio… Tristemente consigue escaparse sin mayor castigo que una nalgadita que aplica la hermana Judy tras bajarle la falda y pedirle que deje de actuar de la manera en que lo hace.

¡Carajo!

Fue justamente, durante y después de esta escena, que me di cuenta de las miradas sutiles que me dirigía mi novio… y aunque no me dijo nada, estoy segura de que notó la forma en la que mordía mi labio inferior de manera involuntaria… seguramente él adivinaba los remolinos que se estaban haciendo en mi cabecita spankee y la reacción que, de la misma forma involuntaria, estaba teniendo ya mi cuerpo.

Yo Spankee.