domingo, 30 de noviembre de 2008

Vecino. [Colaboración]

Agradezco enormemente la colaboración de mi amigo Luis desde España con un relato acerca de medical y spank. Espero que les guste porque a mí me ha encantado. A él le mando un besazo y a ustedes les dejo la historia, que la disfruten...


* * *


Laura se encontraba mal, sin duda el mal tiempo empezaba a hacer mella en su pequeño cuerpo.

Le dolía todo, por lo que pensó que a lo mejor era el momento de llamar a su atractivo vecino que era médico y con el que tenía una cierta amistad. No obstante, había hablado con él de lo mala paciente que era y lo desobediente a la hora de medicarse.

Por él sentía una sensación de atracción, temor y vergüenza. Atracción porque tenía 41 años, vivía solo ya que estaba divorciado y sus manos y ojos le quemaban cada vez que lo veía.

Temor porque no le aterraban los médicos y procuraba huir de ellos; y vergüenza porque al ser su vecino le intimidaba el ser revisada por él. ¿Cómo iba a reaccionar cuando se lo encontrase en el ascensor?

Después de meditarlo durante cerca de dos horas, decidió llamarlo por teléfono.

Luis.- Si, dígame.

Laura.- Luis, buenas noches, soy Laura, tu vecina de la puerta 8.

Luis.- ¡Qué sorpresa Laura! ¿Cómo estás?

Laura.- Pues precisamente por eso te llamo, perdona que lo haga

Luis.- No importa por Dios, para eso estamos los vecinos. ¿qué te ocurre?

Laura.- Pues llevo toda la tarde con malestar general y creo que tengo algo de fiebre.......

Luis.- ¿Estás en casa?

Laura.- Si, pero no te preocupes, sólo quería que me dijeses q me puedo tomar para.

Luis.- No seas boba, ahora mismo subo, cojo el maletín y subo

Laura.- Pero no es necesario de verdad, sólo dime que ........


Laura notó que Luis había colgado el teléfono lo que empezó a producirle un cosquilleo en el estómago. Por un lado de excitación pues había fantaseado muchas veces con ese momento y por otro de arrepentimiento por las consecuencias que podría acarrearle.


¡¡¡¡¡Ding dongggggg!!!!


Dio un salto de la cama, cogió su bata, se arregló el pelo y fue a la puerta. Abrió la puerta


Laura.- Hola Luis, perdona que te haya molestado a estas horas

Luis.- No importa vecina, que menos que interesarme por mi vecina más guapa

Los colores subieron a las mejillas de Laura y le dejaron si habla.

Luis.- Vamos, intentando romper el momento de incertidumbre, ¿estabas en la cama?

Laura.- Si, estoy mareada, con malestar, supongo que será el virus estomacal que le afecta a todo el mundo últimamente.

Luis.- Bueno, túmbate en la cama


Laura se quitó la bata, quedándose en pijama. Se tumbó boca arriba mientras observaba lo que hacía su “vecino preferido”. Tras dejar el maletín a los pies de la cama, se sentó en ella. Acercó su mano a la frente


Luis.- mmmmmm. , tienes fiebre señorita, ¿te has tomado la temperatura?

Laura.- Noooo, pensaba que sólo tendría unas décimas sin importancia

Luis.- Me temo que tienes algo que unas décimas señorita.


Dicho esto, observó el color de los párpados, palpó su cuello y la zona de las amígdalas. Abrió el maletín del que sacó un palito y una linterna con la que poder observar su garganta.


Luis.- Vamos, incorpórate un poco y abre la boca


Comprobó el estado de su garganta, corroborando que la tenía completamente inflamada. A continuación sacó el fonendoscopio del maletín, ajustándoselo a los oídos.


Por favor, desabróchate la camisa del pijama para auscultarte, dijo Luis


Los temores de Laura crecieron rápidamente mientras se desabrochaba la camisa. No llevaba nada debajo por lo que sus pechos quedaron al descubierto nada más terminar con el último botón.

Tenía unos pecho duros, como corresponde a sus 26 años, redondos, de tamaño medio, con la aureola pequeña y bien formada.

Sin inmutarse Luis colocó la pastilla del fonendoscopio sobre su pecho izquierdo, moviéndolo y comprobando diferentes puntos mientras ordenaba a Laura que respirase profundamente. Repitió la operación por su espalda. Posteriormente, le indicó que se tumbase para poder palparle la zona abdominal, bajando por debajo del ombligo lo que hizo estremecer a Laura.


Luis.- ¿Te duele?

Laura.- No, sin poder mirar a los ojos de su vecino


Sus manos palparon su abdomen llegando incluso a colarse ligeramente por debajo del pantalón y la braguita que llevaba.


Luis.- Laura, estas pasando un proceso gripal típico, con malestar general, dolor muscular y de cabeza. No es nada importante pero si que te va a llevar unos días de estar en cama. Ahora te voy a tomar la temperatura.

Laura.- No puedo quedarme en cama, tengo mucho trabajo pues estamos en vísperas de Navidad y es la época más fuerte de la campaña.

Luis.- No hay campaña que sea más importante que tu. Ya eres mayorcita para saber lo que tienes que hacer. Si fueras más pequeña, te podría pegar unos azotes pero ya no creo que procede.


Con estas palabras le recorrió un escalofrío por su cuerpo, imaginando estar sobre sus rodillas, cumpliendo una de sus fantasías más repetidas a lo largo de su vida, y sin saber lo que aun le esperaba. Mientras Luis, sacó el termómetro del maletín, lo sacó de su funda protectora, lo agitó enérgicamente de arriba abajo hasta bajar completamente el mercurio.

Mientras hacía esto, Laura se fue a desbrochar de nuevo la camisa del pijama para colocarse el termómetro.


Luis.- Date la vuelta, por favor

Laura.- ¿Cómo?


Los ojos de Laura se abrieron como platos, no creía estar escuchando bien a su vecino


Luis.- Si, date la vuelta, te voy a tomar la temperatura rectal, que es la más exacta.

Laura.- Pero.... no es necesario, de verdad, si no tengo tanta fiebre, no me encuentro tan mal, me la puedes tomar en la axila, que ya no soy ninguna niña.

Luis.- Jajajajaja, venga, no seas niña, piensa que antes que ser vecino tuyo, soy doctor y es algo que hago habitualmente.

Laura.- Pero que de verdad que creo que no es necesario.....

Luis.- Ahora entiendo cuando me dijiste que no eras buena enferma. Venga, no lo pienses y date la vuelta


No lo podía creer, ahí estaba su vecino, con el termómetro en la mano, mirándola como se giraba y con una sensación de incredulidad y sorpresa que no había vivido nunca.


Luis.- Vale, descúbrete por favor.


Laura comenzó por el pantalón que bajo lentamente hasta la mitad de los muslos, dejando al descubierto las braguitas blancas de encaje que llevaba.


Luis.- Espera, te ayudo. Levanta el culete


No podía creerlo, su vecino, aquel con el que hablaba a menudo cuando coincidían en el ascensor iba a ver su zona más oculta e íntima.

Levantó las nalgas y sintió como Luis cogía de la goma de braguita y comenzaba a deslizarla para abajo muy lentamente, como queriendo que no transcurriese el tiempo. Sus nalgas blancas quedaron al descubierto


Luis.- Vamos, abre un poco las piernas, levanta el culete y relájate


Y dicho esto, acercó su mano izquierda a las nalgas con el objeto de hacer palanca con sus dedos y abrírselas. Laura estaba totalmente en tensión por lo que le sorprendió las dos nalgadas que Luis le dio sin previo aviso


Laura.- Ouchhhhhhh

Luis.- ¿quieres relajarte? Te voy a hacer daño si no lo haces

Laura.- Si, para ti es fácil que estás acostumbrado, pero a mi es la primera vez que me toman la temperatura así


Las nalgas de Laura se relajaron lo suficiente para que Luis pudiese abrirlas. Ahí estaba el pequeño ano a la vista de Luis, rodeado de una zona más rosada y pequeñas estrías.

Laura inclinó la cabeza para abajo en señal de sumisión. No podía creer lo que le estaba ocurriendo. Jamás podía haber imaginado cuando decidió llamarlo que estaría completamente expuesta ante su vecino

Acercó la punta del termómetro al pequeño agujerito, lo apoyó y con una leve presión fue introduciéndose . Laura emitió un pequeño gritito al notarse penetrada.


Luis.- Puedes bajar el culete, ahora debemos esperar tres minutos.


Fueron los tres minutos más extraños de su vida. Por un lado deseaba que transcurriesen lo más rápido posible mientras que por el otro se sentía tremendamente excitada por ser revisada y abierta por su querido vecino.


Luis.- Bueno Laura, vamos a ver que temperatura tienes. Levanta un poco la cola.

Sacó el termómetro de su ano y leyó la lectura que marcaba. 39’2°C


Se subió rápidamente el pantalón y la braguita y se metió dentro de la cama


Luis.- Ve olvidándote de ir a trabajar esta semana señorita. La fiebre te durará cuatro días y no debes forzar, pues lo único que conseguirás es alargar más la curación.

Laura.- No lo puedo creer, justo esta semana que es la que más trabajo tengo.

Luis.- Los virus no entienden de obligaciones. Te voy a dejar una caja de analgésicos para que te tomes una píldora cada ocho horas y te dejo también estos supositorios de Febrectal para que te baje la fiebre. Debes ponerte uno cada doce horas.

Laura.- No, por favor, supositorios no, no los soporto, con decirte que siempre me los han tenido que poner porque yo no soy capaz de hacerlo......

Luis.- Debes ponerte uno por la mañana y otro por la noche que te ayudará a dormir. Ahora si quieres te lo puedo poner yo.

Laura.- Me sabe mal, vas a pensar que soy una niñata...

Luis.- No te preocupes, no es algo inusual.


Mientras hablaban Luis abrió la caja de Febrectal, separó un supositorio de los seis que contenía el bloque, desgarró el envoltorio y empujó por la base para que terminase de salir. Se puso un guante de látex y se lubricó con vaselina el dedo índice de su mano derecha, sentándose en la cama a continuación. Por su parte Laura no había perdido detalle del proceso e imaginaba de nuevo siendo abierta por su, a partir de ahora, médico personal.


Luis.- Bueno señorita, ahora quiero que te pongas sobre mi rodillas


No podía creer lo que estaba oyendo, parecía que se adelantaba a todas las fantasías vividas en silencio durante tantos años. Pero a estas alturas, ya no quería disimular ni protestar por algo que estaba deseando que ocurriera.

Se levantó, se puso delante de él, bajó el pantalón del pijama dejándolo caer hasta los tobillos, bajó sus blancas braguitas hasta las rodillas, dejando ver a Luis su vello púbico depilado tipo brasileño y se inclinó sobre las rodillas, acomodándose y disfrutando del momento.

Luis acaricio las nalgas de Laura para darle confianza, abrió las nalgas, cogió el supositorio y lo dirigió hacia su hoyito que se estremeció al sentir la punta. Al empujar por la base, su ano cedió, soltando un pequeño gritito mitad quejido mitad gemido. Acompañando al supositorio el dedo entró completamente dentro de su recto hasta alcanzar la segunda falange.


Luis.- Aprieta las nalgas para que no se salga.


Laura con los ojos cerrados y viviendo el momento obedeció, permaneciendo en esa situación unos momentos por desgracia muy cortos. Tras un pequeño azote en la nalga derecha Luis le indicó que podía levantarse, cosa que hizo lentamente.


Luis.- Ya está Laura, ves como no ha sido para tanto.....


Ojalá hubiera durado más, pensó Laura, subiéndose la ropa de Luis que procedió a quitarse el guante de látex.


Luis.- Ahora te bajará la fiebre y podrás dormir. Mañana antes de irme a trabajar subiré y te pondré el de la mañana, si quieres.

Laura.- ¿De verdad que lo harás? ¿No te importa?

Luis.- Por supuesto que no. No me cuesta nada y así veo como estás.

Laura.- Muchas gracias vecino.

De sorpresas y deseos concedidos...

Siempre deseé tener un spanker al que yo pudiera llamar MI spanker... también soñé con una relación en la que mi pareja lo fuera... debo confesar que también dudé mucho de este par de posibilidades... Pero hoy... hoy cierro mi bocota y con mucho gusto vengo a contarles que ha sucedido esto que jamás pensé que podría siquiera pasar en mis sueños...

Después de la ruptura spanka con mi querido Mexiñol me di a la tarea de buscar a alguien más con quien pudiera compartir el juego... bueno, tengo a otros spankers que gustan de nalguearme pero es tan esporádico que siento que necesito otra cosa... siempre más...

Así, dentro de uno de los foros en los que NO soy asidua participante por el momento, me encontré a un chico que pedía una spankee para practicar... obviamente me brillaron los ojos y sentí cierta necesidad de escribirle y decirle: SOY SPANKEE!!!

De inmediato y siguiendo mis instintos le escribí un mail diciéndole que me gustaría conocerlo, que yo también estaba en  busca de un spanker con las mismas características que él pedía (seriedad, respeto y discreción)... Comenzamos a intercambiar mails, charlas por msn y llamadas telefónicas... después se dio la posibilidad de conocernos previo acuerdo de 'sólo spank'... 

Se trata de un chico de 29 años (el primer spanker joven (menor de 40) con el que tengo contacto)... En cuanto nos conocimos nos caimos bien... hubo 'química' y ambos lo notamos... antes de entrar en acción decidí que quería conocerlo un poco más y nos pusimos a charlar de todo un poco... es divertidísimo, me hace reír mucho! 

De pronto dijo que era el momento... tomó una silla, se sentó y me llamó a ponerme sobre sus rodillas... obedecí de inmediato. Suavemente comenzó a azotarme encima de los jeans... podía sentir sus manos grandes (mide 1.90 cm) azotando con seguridad... la fuerza de los azotes se fue incrementando poco a poco hasta que de repente bajó mis pantalones junto con mis bragas... sólo hasta la base de las nalgas... y seguió azotando...

Auch! los golpes no eran muy fuertes pero al parecer este spanker tiene una buena técnica en la que el ardor que queda es un poco molesto y yo ya comenzaba a quejarme y moverme... El otk con la mano duró mucho y mis nalgas ya se sentían muy calientes... después sacó una chancleta de su maleta y trató de castigarme con ella a lo que yo sólo me reía... la verdad es que no dolía nada... y (estúpida) se lo dije... así que la cambió por un cepillo de madera que yo traía entre mis curiosidades... ahí sí que vi las estrellas...

Este spanker es todo ternura... en ningún momento se excedió y sobaba rico!... 

Después del otk pasé a la cama a probar el cinturón.... auch!... con una almohada bajo el vientre no supe cuántos azotes fueron pero mi trasero ya requería atención y cariño... 

Yo tenía pensado regresar el mismo día a casa (estábamos en otra ciudad) pero por alguna razón me pidió que me quedara con él en el hotel, yo acepté... al rato salimos a comer algo y caminar un poco... volvimos ya de noche y supuse que descansaríamos un momento... Yo no paraba de molestar y terminé sobre sus rodillas las veces que fue necesario... 

Yo tenía bien claro el mutuo acuerdo de 'sólo spank' así que no provoqué demasiado... al otro día en la mañana algo pasó... estábamos jugando y de pronto su rostro quedó frente al mío... a escasos centímetros nuestros labios... y yo traviesa le lancé un tímido mordisco...

:::...¿Te puedo besar?...:::
:::... Puedes besarme todas las veces que no lo has hecho desde el momento en que me viste...:::

Nos besamos tiernamente... ese beso carecía de toda la lujuria, pasión y desenfreno que yo hubiera pensado de un spanker de su edad... Me parecía sorprendente que no me hubiera tocado en toda la noche habiendo compartido cama... que no me hubiera robado un beso... estando tan cerca... 

Pude ver la ternura en sus ojos... noté que realmente se sentía atraído por mí... y seguimos besándonos hasta que fue necesario abandonar el hotel pues yo tenía que regresar a casa...

De camino a la terminal de autobuses íbamos tomados de la mano... me sentía bien... contenta... a gusto con su presencia a mi lado... Lo miraba a los ojos y sentía que el mundo podía detenerse en ese instante... Al caminar sentía las huellas de sus manos en mis nalgas... y las de sus labios en los míos que palpitaban... Subimos al metro y de pie, frente a frente... mirándome a los ojos con la misma ternura que me besó antes... me dijo que si podíamos intentarlo... estar juntos, ser algo más... él y yo...

Sí! contesté y nuevamente fui atraída hacia él para que nuestros labios lo dijeran todo.

No estoy segura de que vaya a funcionar... no soy el tipo de niña sensible que mis spankers creen que soy... ni siquiera creo en el amor... al menos no en ese que parece de película o cuento de hadas... pero me siento contenta con esto... sueño con que sea algo lindo y llegue tan lejos como sea posible... 

SORPRESA: Tengo a MI spanker... que al mismo tiempo es mi novio y... deseo concedido!!!!

Yo Spankee


sábado, 29 de noviembre de 2008

Consejo!!!

Viajar en bus durante más de 3 horas, después de una (laaaarga) sesión de spank (y uno que otro detallito feliz).....

...es la idea más estupida que puede haber.... grrrrrrrrrr!!!!!


* * *

Gracias, Mexiñol!
Te adoro!!!!


domingo, 23 de noviembre de 2008

Spank gourmet

Hoy me desperté con ganas de ti... abrí los ojos y me di cuenta de tu ausencia... quería abrazarte y comerte a besos... no estabas. No me di cuenta del momento en el que dejaste la cama que aún está tibia y tiene olor a ti. Me doy la vuelta y ¡ouch! el recuerdo de tus manos sigue sobre mis nalgas...

Anoche no quería cenar, no porque no tuviera hambre sino porque eran más mis ganas de provocarte. Verte ahí sentado con los lentes para leer y tu libro en la mano, esperando a que me sentara a la mesa, me causó la necesidad de llamar tu atención...

Habías pasado más de una hora cocinando algo especial, delicioso. Olía muy bien.

-No tengo hambre. Te dije.

Volteaste a verme y me contestaste que ya estaba servido y que si no me sentaba de inmediato tendrías que tomar cartas en el asunto...

-No me importa, no quiero cenar... haz como quieras!! Grité y di una patada al piso...

Apretaste los labios (adoro ese gesto en ti)... cerraste el libro, lo pusiste sobre la mesa y lentamente te quitaste los lentes.

-¿Con que la nena está haciendo berrinche?, bien... eso lo solucionamos justo ahora.

Sin muestra de enojo te levantaste de la silla y caminaste hacia mí. Quise huir (pero era parte de la estrategia para que hicieras lo que yo quería). Me tomaste del brazo y con la otra mano pellizcaste suavemente mi barbilla para que te viera a la cara.

-En este momento, niña caprichosa... vas a sentarte a cenar, dijiste que morías de hambre, preparé tu platillo favorito y ahora me sales con 'no quiero'... Si sabes lo que te conviene vas a obedecerme...

-Ya te dije que no quiero, ya se me quitó el hambre... (con fuerza giré mi rostro y me safé de tu mano)

Reiste.

-Muy bien, ya verás como te regresa el apetito en un momento. Ve al rincón ahora mismo.

Con mi carita de niña buena te dije que no era para tanto... y te besé! Pero el beso no valió de nada, apretando mi brazo me llevaste al rincón del comedor y mientras ponías mis manos detras de la cabeza me susurraste al oído: -Aquí se hace lo que digo yo!- y rápidamente me diste 3 fuertes nalgadas...

No me quejé pero te miré como si te odiara... aunque tú sabías que no era así... Apreté los labios con fuerza en un intento de puchero y te alejaste... Mantuve la posición y escuché cómo desde la cocina abrías y cerrabas un cajón. Por el cristal del gabinete pude ver que traías en la mano una cuchara de madera de considerable tamaño. Sonreí y no pude evitar un escalofrío que recorrió mi espalda.

Arrastraste una de las sillas del comedor y la acercaste a donde estaba yo.

-Ven acá... vamos a regresarte el hambre, caprichosita!

Giré sobre mis talones y me hice la sorprendida mientras me mirabas divertido.

-Por favor, corazón. No es necesario. Mentí (en ese momento era lo que realmente necesitaba, toda la tarde estuve muy aburrida, cansada... un poco fastidiada y necesitándote cerca).

-Cuento tres y te quiero aquí 1... 2...

Tímidamente y con gesto compungido avancé. Me tomaste del brazo con fuerza y me tumbaste sobre tus rodillas. Eres tan guapo, tan masculino, tan fuerte.... Cerré los ojos y mi cuerpo se estremeció, cierta partecita de mi anatomía comenzó a palpitar de manera imperceptible para ti... la sensación incrementó al sentir tu mano acariciando mi trasero de manera delicada. Nuevamente te pedí que no lo hicieras pero mi único objetivo era que comenzaras YA.

-Sabes muy bien que lo que haces está mal pero parece que a ratos lo olvidaras... Bien, yo te lo voy a recordar ahora mismo.

Te inclinaste hacia mí y suavemente me tomaste del cabello, levantaste mi cabeza sin hacerme daño y me susurraste al oído: -Sé muy bien qué es lo que quieres- Me besaste tiernamente atrás de la oreja. Sonreí traviesa.

Decidido aplicaste los primeros azotes con la mano extendida sobre mi falda. No eran golpes particularmente fuertes pero eran rápidos y pronto comencé a sentir un poco de ardor. Mientras lo hacías me recordabas la importancia de comportarse adecuadamente, lo feo que era hacer un berrinche y lo mal que te caía que me pusiera caprichosa después de hacerte trabajar con una cena especial y desvergonzadamente me negara a comer.

Te detuviste y acariciaste nuevamente mis nalgas al mismo tiempo que recorrías de forma lenta la falda hacia arriba. Descubriste mi ropa interior, llevaba uno de esos calzoncitos que tanto te gustan, a media nalga o cacheteros como les dicen. Pude adivinar que disfrutaste lo que veías y comenzaste a azotar de nuevo, ahora lentamente pero con más fuerza que antes... Las niñas caprichosas... plas!... como tú... plas!... necesitan.... plas!... mano dura... plas!....

Una lluvia interminable de azotes y regaños caían sobre mí... ardía y se sentía muy caliente. Nuevamente te inclinaste y al oído me dijiste: -Espero que estés contenta con lo que has logrado pero esa sonrisita se te va a borrar del rostro en unos instantes...

Esta vez tu voz sonó más grave y adiviné el lío en el que me acababa de meter pero no me arrepentía... y aunque lo hiciera... lo hecho, hecho estaba...

De un movimiento bajaste mis calzones e instintivamente llevé mi mano atrás para intentar evitarlo, una sonora palmada en la nalga derecha me recordó que no era buena idea hacerlo... me regañaste por eso. Con calma acomodaste mi ropa interior hasta medio muslo, suspiraste. Pusiste tu mano izquierda sobre mi espalda a la altura de la cintura y presionaste un poco... con tu otra mano recorriste mi trasero sobando lentamente, primero una nalga después la otra. Y comezó de nuevo la azotaína.

La fuerza que llevaban estos nuevos azotes y la rapidez con que caían me hacían dar pequeños brinquitos sobre tu regazo y comencé a gritar. Ayes de dolor se escapaban de mi boca y los ojos se me llenaban de agüita aún en contra de mi voluntad, mis piernas reaccionaban también contrayéndose como reflejo del castigo que estaba siendo aplicado firme, fuerte pero merecidamente.

-Ahora sí te quejas ¿verdad, niñita?. Espero que esto te recuerde que quien manda en esta casa soy yo, que tus berrinches y caprichitos te van a traer consecuencias, que si intentas verme la cara lo que yo veré de ti serán tus nalgas pero rojas y adoloridas ¿Me entiendes?

-Ay, ay... ¿cuales berrinches, cuales caprichos!!!... verte la cara Yooooooo?

Descarada. Sarcástica. Feliz.

Tomaste la cuchara que habías traido y me diste 20 azotes que me hiciste contar en voz alta y después comenzaste una tanda de golpes rápidos...

Sorpresivamente te detuviste en seco. Mis párpados apretados hasta ese momento se abrieron estupefactos, unos minutos que me parecieron eternos pasaron a ritmo de mi respiración entrecortada por sollozos... Tiraste la cuchara al piso. Con tu dedo índice recorriste la zona maltratada... hacías circulitos de arriba a abajo, dibujaste también la línea que separa mis glúteos y entonces bajaste un poco más. Te adentraste en mi cuerpo para rosar suavemente mis labios vaginales que contenían la humedad provocada por el castigo... lo notaste y lo aprovechaste para deslizarte más adentro. Con tus dedos separaste mis piernas y te introdujiste lentamente. Tu mano experta se movía ahí dentro donde las sensaciones se intensifican y yo me mordía los labios... con gran destreza manipulabas mi clítoris hasta que no pude más... respiraba agitadamente, gemía y me retorcía de placer...

Como pude me levanté y te besé apasionadamente... nos tiramos al piso frío que no tuvo importancia pues lo 'otro' lo era más. Terminaste de desvestirme y yo lo hice contigo... Tuvimos el sexo más espectacular y salvaje que hubiéramos tenido nunca...

Cansados, sudorosos y jadeantes yacíamos los dos abrazados uno al otro....

-A que ahora tienes hambre...

Que cena más deliciosa!!!!


Yo Spankee


jueves, 20 de noviembre de 2008

Bostezando...[Travesuras de Spankee 5]

Hoy escribo desde la oficina con gran pesadez y muchísimo sueño. Ayer me reencontré, después de un par de años, con 2 queridos amigos... Fuimos a un bar, platicamos de muchas cosas, nos reímos muchísimo, bebimos cerveza y jugamos futbolito...

Salimos del lugar aproximadamente a las 2 de la mañana y me tocó llevar a uno de ellos a su casa que estaba lejísimos... Tengo que aceptar que conducir con algunas cervezas encima no fue tan difícil. Dejé a mi amigo en su casa y me dirigí a la mía... llegué bastante tarde y me dormí... Pero esta mañana me costó mucho trabajo levantarme y estuve a punto de decidir no hacerlo... 

Hoy estoy en la oficina negándome a trabajar y dedicando tiempo a escribir este post en el que seguramente mi mexiñol encontrará un buen pretexto para... pues para utilizarlo en mi contra, o más bien en contra de mi trasero... je je je

Bueno, ya!... shhhhhhhhh!!! ustedes no digan nada, que si él no lo nota no hay por qué hacer escándalo!!!

Yo Spankee


martes, 18 de noviembre de 2008

SPANKERS...

He tenido oportunidad de conocer a varios de ellos.. algunos simplemente fueron una mala experiencia... es más, ni siquiera eran spankers... sólo intentaban complacerme con esto que tanto me gusta...  Y otros... otros son dignos de ser mencionados aquí aunque sea con un apodo que YO me encargaré de asignarles... je je je

*     *     *

EL INGLÉS: Muy tierno, con una técnica que creo trae en la sangre... un tanto estricto y afortunadamente cuando estuve con él no traía una vara, je je je.

EL CHILANGO: De la caótica ciudad de México... también todo ternura pero con mano firme... no dejando espacio para los pretextos.. siempre con una buena idea... (pero con mala memoria... ja ja ja, olvidó los motivos que tenía para nalguearme)... mucha paciencia... pero eficaz para una buena tunda.

EL MEXIÑOL: Tierno, cariñoso, estricto, muy creativo y a veces me consiente de más. Pero cuando se trata de castigar es implacable.. aunque con lo lindo que es ni lo noto! (Podría decir mil cosas más de este encanto de hombre... pero esas mejor se las digo al oído... )

*     *     *

Ahhh, qué haríamos sin estos spankers... estos son los que han podido poner sus manos... (y cinturones, cepillos, reglas, etc..) sobre mí...  Y yo.. agradeciendo su tiempo... su (im)paciencia, su cariño y la posibilidad que me han dado de compartir esta hermosa fantasía con ustedes...

Yo Spankee

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Una guayaba...


Después de una larga sesión de azotes y pasión el cuerpo pide descanso…

Eran las cuatro de la mañana y yo estaba acostadita en la cama abrazada a mi Mexiñol… mejor situación no puede haber. De pronto se incorpora y me pide que me levante… No sé qué nueva idea trae en mente este señor tan adorable… pero sea lo que sea, recuerdo que decidí obedecerle en todo lo que me pida… y me levanto!

Ambos estamos totalmente desnudos…

Frente a la cama había un (intento de) clóset… ahí, de pie… mi Mexiñol decide que vamos a jugar un rato más. Lo vi tratando de sacar las almohadas de sus fundas y entendí lo que iba a hacer. Recordé que para esos fines yo llevaba en mi maleta la cinta de una bata oriental (bastante elegante) y una mascada… las saco y se las entrego a lo cual él me responde con una gran sonrisa (me encante ver sonreír a mi mexiñol... y si yo puedo causarlo soy muy feliz...).

Con la cinta me ata las manos a la parte alta del “clóset” y con la mascada me venda los ojos. Ahora estaba ahí… expuesta totalmente y en completa disposición para mi spanker. Las sensaciones ya comenzaban a hacer una revolución en mí.

Lo siento cerca… está de pie detrás de mí… puedo sentir su aliento en mi cuello… sus manos en mi cuerpo… y me susurra al oído…

-Me perteneces!... eres mi prisionera… (Estás en un campamento de guerrilleros colombianos y te tengo en mi poder… puedo hacer contigo lo que se me dé la gana… los jefes no están ahora).

La imaginación hace su parte y de pronto la habitación de hotel se transforma en una selva húmeda... un guapo guerrillero enfundado en su uniforme verde olivo y botas militares ... fuerte,de manos grandes y toscos modales a un lado mío... su aspecto debe ser tan varonil..

Suave y lentamente comienza a recorrer mi cuerpo con sus manos… me acaricia y me da un beso… y otro… de pronto empieza a darme nalgadas, no son especialmente fuertes pero están llenas de erotismo… yo, por mi parte ya me siento muy excitada por lo que está pasando y por lo que vendrá también…


El simple hecho de saberme por completo suya hace volar mi imaginación... no sé hasta donde va a llevar el juego pero estoy dispuesta a cooperar hasta donde pueda... Sé que estoy segura en sus manos... quiero que juegue conmigo, que me lleve hasta donde él lo desee, que lo goce, que disfrute de mi cuerpo que por el momento le pertenece como bien lo dijo...

Tocar el cielo a su lado siempre será una experiencia deseable... de las mejores...

Adoro a este Mexiñol...


Se aleja un momento y escucho que busca algo en una bolsa

Sin embargo yo no podía ver lo que hacía, así que me limité a esperar... aunque la curiosidad me mataba.

*

*

*

Unos instantes después sentí que se acercaba… nuevamente acariciaba mi cuerpo… y azotaba de nuevo… con la mano que le quedaba libre acariciaba mi rostro, mi cuello… otro azote… de repente llegó a mi nariz ese olor dulce tan característico de…. mmmm la guayaba… y pude sentirla rozar mis labios… Mi mexiñol sabe que nunca me resistiré a una, así que la acercaba a mí y cuando yo intentaba morderla, la alejaba juguetonamente… seguía nalgueando… de nuevo la guayaba en mis labios y yo alargando el cuello para conseguir morderla… cuando por fin lo logré comí un trozo de la jugosa fruta y lo gocé intensamente… entonces ya no era sólo la fruta la que estaba cerca de mi boca… también eran sus labios que de igual forma mordisqueaba y disfrutaba.

Presa del placer, pues las nalgadas y las caricias seguían cayendo en mí al mismo tiempo que mi mexiñol jugaba con los sabores, las sensaciones y mi debilidad… travieso, me daba a comer de la guayaba… y al terminar me dio un largo beso del que me aproveché para morder sus labios y desquitar un poco de lo que él me había hecho al negarme cualquiera de los placeres que (sabe perfectamente) deseaba tener todo de junto.

Con la mordida un poco fuerte mi querido spanker respingó y de inmediato tomó cartas en el asunto… conmigo a su disposición tomó la zapatilla (previa advertencia) y me dijo que me daría veinte azotes que yo debería contar en voz alta… 1… 2… 3…. 4…….. 10… para entonces ya dolía bastante y yo me mecía de un lado para otro tratando de esquivar, pero fallando siempre… pues mi manos seguían atadas…

-Ahora dime cuantos te faltan…

-10, contesté… plas!... 9 plas!… 8 plas!… 7 plas!… hasta llegar a cero…

Entonces me desató y me pidió que me recostara en la cama… boca abajo, obviamente… entonces fue el cepillo de madera el que entró en acción… No supe exactamente cuántos azotes fueron, mi pobre trasero ya estaba que ardía… pero mi Mexiñol y yo ardíamos más de deseo y pasión…

Al terminar dimos rienda suelta a todas las ganas que se habían ido acumulando durante el juego… seguía siendo su prisionera pero ahora la forma de utilizarme era distinta… su cuerpo y el mío entrelazados en besos, caricias, jadeos y sudor…

Placer y dolor… cariño y goce mutuo… sus ojos mirando los míos acompañados por sonrisas pícaras, complicidad… complementando el momento con locura… mi lengua perdiéndose en su cuerpo y sus manos haciendo lo propio…

Nunca olvidaré a qué sabe una guayaba al lado de mi querido spanker… y que ganas de volver a comer una ...pero con él...


Yo Spankee

* * *

  • * En otros países a la guayaba también se la conoce como guayabo, guara, arrayana y luma.