martes, 4 de mayo de 2010

100

Por mera casualidad noté que la entrada que escribo es la número 100 de éste blog que vio la luz por primera vez hace poco más de un año y medio. Me sentí contenta y satisfecha al saber que, aunque sea un poco, contribuyo con mi parte en la blogósfera spanka en español.
Desde siempre me ha gustado plasmar en letras lo que corroe mi yo interno... y desde luego, no iba a ser la excepción, plasmar en letras mi yo spankee... de ahí que no pueda evitar venir acá, de vez en cuando, para contarles lo que acontece en mi vida, tanto vainilla como spanka... y hacerlos parte de lo soy.
Como ustedes saben, desde hace un par de meses comparto espacio, tiempo, sábanas, vida y placer con el hombre de mi vida. Un chico vainilla que llegó a mi mundo desde hace más de 2 años... las cosas se dieron y  ahora no sé si pueda seguir llamándolo 'externo' a mi mundo de fantasía o si de plano ya deba reconocerlo como mi spanker.
Jamás ha sido un secreto para él que me gusten las nalgadas... pero sí lo es la existencia de éste blog en el que a ratos digo lo que no puedo decirle de frente... claro, bajo riesgo de una buena tunda que no tengo ninguna prisa en obtener. Alguna vez ya expuse lo que para mí representa contar con este espacio en el que la única dueña soy yo, la que decide, la que opina y la que hace berrinches sin que nadie le ponga un alto.
Sonrío.
  • El sábado salimos por la tarde a caminar por las calles de mi ciudad... amo sentir el viento  en la cara, mis cabellos meciéndose a ritmo de mi andar, reír y recorrer las calles adoquinadas que complementan los viejos edificios que, imponentes, cubren de historia el panorama... Su mano tomando firme pero amorosamente la mía. La tarde era más que perfecta, un café y bocadillos antes de volver a casa. Algo pasó, no supe en que momento las cosas cambiaron y de pronto me negué a dirigirle la palabra porque me sentía indignada y ofendida por un comentario que quizá no era para tanto.
  • Ni siquiera lo miraba y mi actitud dejaba mucho que desear. Él me ignoraba y tampoco decía mucho. Llegó la hora de dormir, me cubrí con las sábanas hasta el cuello y me di la vuelta con el objetivo de evitar una discusión más. Siguió ignorando mi berrinche y eso me exasperó... me levanté furiosa y me fui a la otra habitación, comencé a mover cosas con pretexto de la mudanza y eso le molestó. Una sonrisa de triunfo se dibujaba en mi cara al escuchar que se levantó y me pregunta:
  • - ¿ahora qué estás haciendo, niña? -
  • - Nada. Respondí y seguí en lo mío. Esperé unos segundos asumiendo que seguía parado junto a la puerta y volteé, estaba a dos pasos de mí, me tomó del brazo y me dijo en tono amenazante: 
  • ¡Basta de berrinches, vete a la cama o me vas a obligar a hacer algo que no quiero!
  • - ¡¡No tengo sueño!!. Grité e intenté safarme de su mano... obviamente no lo conseguí y me puse a decirle que no tenía ningún derecho, que no podía obligarme a dormir y que además tenía mucha sed.
  • - Vete a la cama, yo voy a la cocina por un vaso de agua -
  • - Que no!!!... yo voy por mi agua y déjame en paz... Voltea y me mira fijamente a los ojos, no pude mantener la mirada y clavé la vista en el piso. 
  • - Más te vale, señorita, que vayas a la cama porque si no, te puedes arrepentir. Y estoy hablando en serio. -
  • Su tono no dejaba lugar a dudas, ni siquiera me pasó por la mente desobedecer porque a esas alturas era más que obvio que 'no estaba el horno para bollos'... Pero bueno, el espíritu spanko en cuanto ataca... no hay quien lo detenga.
  • Cuando volvió con el vaso de agua yo ya estaba en la cama, lo tomé, bebí un poco y me quedé sentada mientras él esperaba a que le devolviera el vaso y por fin me acostara a dormir, como me lo había ordenado desde el principio... pero yo estaba decidida a probar su paciencia... 
  • Al ver que no tenía la intención de acostarme me tomó por la muñeca, me quitó el vaso y lo puso a un lado, me acostó y me abrazó fuerte para que no pudiera moverme. De pronto estaba ahí, el foco rojo encendido y mucha energía para patalear si era necesario. Con toda mi fuerza intenté levantarme, nuevamente sin conseguirlo... y las amenazas dejaron de ser tales para convertirse en realidad... Yo boca arriba y él apretando mis brazos contra la cama, los regaños salieron de cualquier parámetro y antes de que yo pudiera decir cualquier palabra él me dio la vuelta rápidamente, bajó el pantalón de mi pijama y comenzó a azotar fuertemente con la mano. Las nalgadas eran rápidas y dolían... tanto movimiento me hizo tirar el vaso que estaba en el buró junto a la cama, él arremetió contra mi pobre cola.
  • Entre los azotes, que caían sin piedad sobre mis nalgas; el movimiento frenético de mi cuerpo por defenderse aunque fuera un poquito, el sudor de nuestros cuerpos que reaccionaban también al roce... terminamos teniendo sexo espontáneo, yo sometida y él triunfante. Ambos exhaustos de placer.

Muchas experiencias han sido descritas en este blog, muchas fantasías y deseos también. Hoy, después de escribir mi post número 100 pretendo seguir adelante con esto. Aún no sé si un día mi hombre se entere de que existen más letras de las que él conoce (y que fueron factor importante para que se enamorara de mí)... tampoco sé si habré de contarle en lo que consiste este bello y fascinante mundo. Por ahora las cosas se quedarán así: yo(spankee) con mi fantasía y él disfrutando de un cúmulo de experiencias nuevas que nos han ayudado a disfrutar más de nuestra relación.

Ahora tengo que concentrarme en encontrar el pretexto perfecto para conseguir 100 azotes a modo de festejo por estas primeras 100 entradas... 

YoSpankee

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2 comentarios:

Estefy dijo...

Yospankee ¡¡felicidades por tus primeras 100 entradas!!.
Enhorabuena porque estas disfrutando algo que te gusta y disfrutas tanto!!! Pero no dudo que te sea muy difícil encontrar ese pretexto al fin spankee jajaja
n_n
xoxo

Anónimo dijo...

Hola Srita,

Felicidades por este post número 100, puedo presumir que los he leido todos, aunque seguro no tienes 100 comentarios mios.

Que gusto que todo vaya tan bien, y espero que el no lo lea, pienso como tu, nada mejor que tener tu propio espacio, muy personal.

Saludos