domingo, 2 de febrero de 2020

Bambú



Uno de mis cantantes favoritos de toda la vida, además de amor platónico y objeto de mis deseo es, el español, Miguel Bosé. Desde muy joven (yo), el susodicho, formaba parte de mis fantasías erótico spanko pero, hoy, más que nunca, una de sus canciones me suena más spanko que nada: bambú.

La letra de esa canción llega a ser bastante sugerente, todavía no termino de decidir si tiene que ver con mi nacionalidad (mexicana) y el uso del doble sentido que manejamos en mi país, o mi muy marcado gusto (casi obsesión) por el spanking y el (recién adquirido) placer de mi spanker por usar varas de bambú para azotar mis nalgas.

Y mientras que ella plancha el corazón
Yo le doy Bambú
Turap tuhe, oh yeah
Y mientras ella con pasión
Da la llave yo le doy Bambú
Turap tuhe, oh yeah

La última vez, mi spanker llevaba 4 varas nuevas, mucho más delgadas que las que había estado usando antes. Confieso que tenía cierta 'necesidad' por probarlas y conocer la sensación que provocarían, no sólo en mí piel, sino en mi YoSpankee que, de por sí, ya estaba con el corazón al mil pues, poco antes de ver de frente a las dichosas varitas, mi spanker, con esa voz dulce que logra engañar a la más ilusa, preguntó: ¿qué pendientes tenemos, señorita?

No sé ustedes pero, yo, al escuchar ese tipo de preguntas o expresiones, me transformó por completo, no importa cuán parlanchina o sonriente haya estado, en ese momento, me 'contraigo', me hago pequeñita y me entrego a la situación

¿Que qué pendientes tenemos? Vaya, creo que no terminaría y, por supuesto, mis nalgas no sobrevivirían si es que yo me animara a responder con total honestidad, así que, apelando a la mala memoria de mi spanker y con carita de puchero, me hice la loca. ¡Qué ilusa!

Es cierto que mi spanker está siempre al pendiente de mis faltas y, aunque a ratos parece que las olvida, mágicamente, al tener mis nalgas a su disposición, se acuerda de todo. Parecería una injusticia, una trampa de la vida pero, si nos ponemos exigentes, es lo correcto. Creo.

Como dije, las varas eran más delgadas que las que ya habían impactado mi cola otras veces y, en consecuencia, eran mucho más ligeras. Supongo que esa es la treta, una se confía y subestima el poder de un varazo bien dado. Pues bien, estando boca abajo en la cama, con los calzones fuera de su sitio y las nalgas bien paradas, pude entender que, una vara delgada, duele muchísimo más.

Mis pobres nalgas sufrieron, mucho, por cierto... Pero, a mi querido y justiciero spanker, no le pareció suficiente y azotó también los muslos y las pantorrillas. Jamás respondí a la pregunta de qué cosas teníamos pendientes, sin embargo, estoy segura que, con ese castigo, pagué todo lo que debía.

Pero la cosa no terminó ahí, como si no fuera suficiente, recibí la orden de ponerme de rodillas sobre la cama y pegar los codos al colchón, de tal manera que, mis nalguitas, quedaron bien expuestas y ahí inclinada, sentí la furia del bambú contra mi cola sin que, ni siquiera la voz de Miguel Bosé, pudiera rescatarme. 

Ali Babá, qué estoy haciendo oh
Trágame Tierra, ábrete sésamo
Que en esta historia acabo
Siendo el malo yo
Ya me la coma o no
Y venga dai amore dai dimmi chi sei?
Tu que de repente prendi tutti I sogni miei

Y mientras que ella plancha el corazón
Yo le doy Bambú
Turap tuhe, oh yeah
Y mientras que ella con pasión
Da la llave yo le doy Bambú
Turap tuhe, oh yeah

YoSpankee 

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