miércoles, 21 de julio de 2010

Observada. Parte II

Mientras pasaba el tiempo ella parecía ir interesándose más y más en lo que sucedía. Preguntaba porqués y continuamente se preocupaba por lo que yo sentía. Creo que el principal motivo por el que ella estaba ahí era su incredulidad al hecho de que hubiera personas, especialmente mujeres, que disfrutaran y sintieran placer por medio del dolor.

En varias ocasiones, en las que mi Amo tomaba un respiro, se lavaba las manos o iba al baño; ella aprovechaba para preguntarme lo que sentía y si de verdad me gustaba todo lo que él me hacía. Yo me limitaba a sonreír y afirmar que me gustaba, que me excitaba y que a ratos deseaba más. Él escuchaba pero no decía nada hasta que decidió comprobar que realmente estaba excitada y mostrárselo a ella.

Durante la sesión le mostró cosas distintas... entre azotes con distintos instrumentos, plugs y vibradores, tanto vaginales como anales; ataduras, pinzas, etc... todo ello aplicado sobre mí, claro. Algunas cosas la estaba experimentando yo por vez primera y lo disfrutaba... menos cuando ella hacía esas expresiones como: 'auch'... 'le duele, déjala ya'... 'que malo eres'... blah, blah, blah...

Cuando él decidió que era hora de mostrarle lo mucho que me excitaba todo lo que me hacía yo me encontraba recostada, de la cintura para arriba sobre la cama y las piernas estiradas apoyando la punta de mis pies en el piso... en posición de castigo porque aún no terminábamos de saldar cuentas. De pronto recibo la indicación de recitar en voz alta los motivos por los que debo ser castigada mientras él enciende una pequeña vela... le explica a ella que la cera caerá sobre mi espalda y posteriormente en mis nalgas. no pude ver su cara pero, internamente, me divertían sus reacciones, la forma en la que se asustaba por lo que me iban a hacer y lo mucho que le preocupaba si me dolería o no.

Cuando escuché lo de la vela sentí miedo, jamás había experimentado la sensación de la cera caliente sobre mi cuerpo y, aunque lo deseaba desde hacía mucho, temía no resistirlo... pero la presencia de Cindy me animaba a ser fuerte... mero orgullo de spankee con anhelos de sumisa.

Mientras trataba de recordar cada una de mis faltas y, con palabras entre cortadas, las decía en voz alta... él caminaba a paso lento al rededor mío mientras la cera se derretía. Después se acercó a mí y aplicó algunos azotes sobre mis nalgas y vertió, lentamente, unas cuántas gotas de cera. Mi cuerpo se contrajo de manera involuntaria y me sorprendí gratamente con la sensación que me produjo. Mi Amo le pidió a ella que me quitara la cera del cuerpo... así ella pudo tocar las zonas enrojecidas e hinchadas y sentir un poco de compasión por mí... 

En cuanto a mí las sensaciones iban y venían en diferentes direcciones... por una parte el castigo, la vergüenza, la humillación y el dolor... por el otro el placer, la excitación y los ojos de mi Amo que me miraban como agradecidos por estar ahí, por soportar las nuevas experiencias y por entregarme a lo que él decidió que sería una buena forma de avanzar en mi formación como sumisa... SU sumisa.

Sin cambiar de posición se me ordenó abrir las piernas... nuevamente la vergüenza me embargaba pero no tuve más opción que obedecer. Yo estaba consciente de la forma en la que mi cuerpo ya había respondido... durante varios minutos traté de apretar cada músculo para que ni él ni ella notaran que la excitación era mayúscula. En cuanto obedecí a la orden él pasó sus dedos por entre los pliegues de mi cuerpo, tomó un poco del brillante líquido que escurría por mis piernas, lo paseó por entre sus dedos y, dirigiéndose a ella le dijo: ¿ves?, a mi perrita le encanta sufrir para mí.

Sé que ha sido difícil, mi niña... 

Cindy no daba crédito a lo que veía... los dedos de mi Amo se introdujeron ansiosos en mí... mis reacciones no se hicieron esperar y pude notar cómo ella mordía su labio inferior... supe que deseaba ser ella quien estuviera en esa situación... supe que era ella quien hubiera deseado ser 'observada'.


Yo Spankee.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Clap, clap, clap, clap, clap, me pongo de pie, gran texto, me urgía terminar de leerlo.

Felicidades