lunes, 3 de julio de 2017

Mi YoSpankee

Muchas son los momentos que componen una sesión de spanking, también son muchas las emociones que, por turnos, estallan de un lado y el otro porque, aunque muchas veces no sean mencionados en este blog, los spankers también pasan por diferentes niveles de emoción, también sufren de nerviosismo y también gozan, claro que sí.

Generalmente hablo desde el punto de vista spankee, obvio, es desde el que me encuentro...

El miedo corroe mi corazón, ese miedo que viene desde el estómago y se distribuye hacia todas partes, concentrándose finalmente ahí, en el corazón que late acelerado e intenta salirse del pecho. Las amenazas se escuchan a la distancia, la sentencia es previsible, las consecuencias son casi tangibles... Mi YoSpankee lo goza sobremanera.

Trato de asimilar lo que vendrá, cierro los ojos, quizá es que espero hacer que todo pase rápido, que termine ya y el sufrimiento pase. Mi YoSpankee desea que el tiempo se suspenda, que el momento jamás llegue a su fin, lo saborea antes, durante y después...

Suplico con lágrimas en los ojos que se detenga, que no sea tan duro conmigo, aseguro que estoy arrepentida y saco promesas de donde sea. Mi YoSpankee sabe que todo es mentira, que el descaro más grande acompaña a cada palabra, que el deseo real es que las lágrimas sigan fluyendo porque el dolor es delicioso, más cuando va acompañado de regaños, gritos de advertencia y sutiles caricias con piel, madera o plástico...

Contraigo los músculos, tenso la mandíbula, aprieto los puños, intento mantener la postura indicada y soportar el castigo que, injustamente me está siendo aplicado. Mi YoSpankee aprieta las piernas porque la humedad entre ellas es excesiva, permite que cada sensación recorra su cuerpo para, finalmente, explotar en orgasmos y oleadas de placer...

YoSpankee

2 comentarios:

amigospanko dijo...

Maravillosa descripción fase por fase, con muchas subjetividades típicas de una spankee quejosa. Qué es eso del castigo injusto?Siempre y digo bien SIEMPRE es merecido.Soportar el castigo, cuando no se "soporta" sino es un regalo y una bendición que ofrece el Spanker.

Unknown dijo...

Cada vez escribes mejores relatos, Lau. Acabaras como la Agatha Cristie del spanking.