miércoles, 10 de septiembre de 2014

Recuerdos

Es difícil para mí establecer un principio oficial de mi YoSpankee, trato de hacerlo pero todo se complica cuando los recuerdos hacen revolución en mi memoria, que además cabe mencionar, es pésima. 

Cuando era pequeña vivía con el temor de ser castigada, no porque en casa existieran los castigos físicos, quizá era porque deseaba que así fuera. Me gustaba escuchar experiencias de otras personas al respecto, moría de ansiedad cuando, por casualidad, escuchaba a alguien hablar de nalgadas, cinturonazos, chanclazos, etc... pero mi corazón daba vuelcos cuando escuchaba la palabra 'cueriza', ese efecto aún existe en mí, de la misma forma que aún reacciona mi cuerpo... En ese entonces yo no sabía que era excitación, no sabía que esas palpitaciones en mi entrepierna significaban tanto, no sabía nada... más que me gustaba la sensación. 

En ese entonces (y miren que no soy vieja) era común que los adultos recomendaran los castigos físicos como método educativo o correctivo... y yo, que era tan rebelde y jamás me quedaba callada ante algo que no me parecía, fui testigo de dicha recomendación a mis papás por parte de tíos, profesores y demás metiches. (des) Afortunadamente mis papás nunca hicieron caso, y es así que jamás recibí una sola nalgada en casa. 

Alguna vez me tocó presenciar que  castigaran a alguno de mis primos, pero entonces todo perdía el encanto. En alguna ocasión fui yo el motivo de dicho castigo y la culpa me hizo desear que la que llorara tirada en la cama y sobándose las nalgas, fuera yo. La sensación en mi entrepierna no se hizo esperar. 

Conforme fui creciendo el deseo fue incrementándose, así que mis gustos comenzaron a reflejarse en mis sueños, en mis dibujos y, más notablemente, en mi ropa interior. Recuerdo que tenía una compañera en la secundaria que me contaba cuando su papá la castigaba (a ella y a sus hermanos) y lo hacía de una forma tan natural, que no me avergonzaba preguntarle. En una ocasión me platicó que se perdió el control de la tv y ninguno de ellos confesó la culpa, entonces su papá les dijo que los castigaría a los tres... que pasarían de uno en uno frente a él y recibirían un cinturonazo la primera vez, dos la segunda y así sucesivamente hasta que el culpable hablara. Ufff, la cantidad de noches que recreé la escena en mi imaginación, siendo yo una de las protagonistas. 

En la preparatoria conocí a un chico, del que más adelante me enamoraría, pero esa es otra historia. Era muy alto para su edad, de espalda ancha y personalidad fuerte, voz grave y mirada penetrante... jamás hubiera imaginado que, a sus 16 años, aún recibiera castigos físicos por parte de sus padres. Su mamá usaba la mano, su papá el cinturón o una correa que guardaba para casos especialmente fuertes. La mayoría de las veces los castigos eran por bajas calificaciones, así que yo esperaba ansiosa cada bimestre... digo, no es que deseara que le dieran cada vez, pero conocía muy bien cuando los resultados no le eran muy favorables. 
A él nunca le conté lo que sentía al respecto de las nalgadas o los azotes en la cola, pero apuesto que notaba mi interés. Una sola vez le dije, a modo de broma, que me merecía unos correazos... y él, en el mismo tono, me respondió que me los daría con mucho gusto. Supongo que me puse de mil colores, tristemente nunca sucedió. 

Durante los últimos semestres de la prepa, tenía yo un novio cuyas particularidades me permitieron ser más abierta en cuanto a gustos, fantasías y deseos... y aunque le dije acerca de las nalgadas y hubo muchísimas amenazas de su parte, nunca una sesión en sí, solamente una vez apostamos cinturonazos con un dado, ambos dimos y recibimos sobre la ropa... pero igual, ese momento fue la gloria para mí. 

Después pasaron los años, nunca perdí de vista mi objetivo, mis deseos, mis necesidades... en aquel entonces mi apariencia era el principal obstáculo, siempre he sido muy insegura en ese sentido, pero entonces lo era mucho más... así que ni lo busqué y mi vida sentimental era solo eso... muy cursi y emocional. 

Continuará... 

Yo Spankee 

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