sábado, 5 de febrero de 2011

¡Atrevida!

Soy una spankee, eso lo tengo claro, pero también tengo claras mis ganas de buscar siempre cosas nuevas, merodear por rincones a los que nunca me había metido y tentar a mi suerte más de la cuenta. No sé cómo pero, hace unos días, me metí en una situación en la que, por primera vez, el control estaría en mis manos, mis intenciones no serías puestas sobre ninguna mesa y, lo más interesante de todo, exploraría ese lado opuesto que todos tenemos.
Mi naturaleza rebelde, caprichosa y altanera tuvo que ocultarse para dejar a la vista a una mujer justa, autoritaria y estricta. Un amigo spanker (que vive en otro país) me propuso, la difícil tarea de, ayudarle a disciplinar a una señorita que, casualmente, vive en la misma ciudad que yo. La propuesta me pareció interesante, además de representar el gran reto de saltar la línea y ubicarme en el lado opuesto de mi YoSpankee. Sin embargo, y como es mi costumbre, terminé metiéndome en problemas y ahora resulta que, ambas, seremos portadoras de los castigos de ese spanker y nos los aplicaremos mutuamente... Grrr!
Sabía que algo así podría pasar pues, desde hace tiempo, guardo deudas con él que no habían sido pagadas con la distancia como pretexto... Creo que, ahora sí, no me salva ni 'santa cachucha'...
Debo reconocer que, el castigo al que me hice acreedora, no es de mi entera satisfacción... una sensación extraña recorre mi cuerpo al pensar que, después de ser 'la castigadora' terminaré siendo la castigada... ¡Ese no era el trato!, Ja!
Ya me quejé e hice berrinche por la decisión tomada después de mi debut (y despedida) como spanker... pero dejaré de hacerlo ahora mismo porque corro el riesgo de incrementar la cantidad de azotes que, de por sí, ya me parecen muchos.
Se preguntarán ustedes acerca de la falta tan grave que cometí y que me hizo merecedora de 300 azotes. Verán, cuando fui a aplicar el castigo, a la chica en cuestión, decidí que la cantidad impuesta por el spanker era menor a la que ameritaban los motivos... claro que eso fue desde mi propia perspectiva... y así se lo hice saber a ella antes de aplicar un 'extra' por mi cuenta... ¡Vaya error!... Así que, por desobediente y saltarme las órdenes de dicho spanker... ¡Castigada!... =(
En un par de días más habré de pagar las consecuencias de mi atrevimiento... pero, en serio, señoras, señores, señoritas y spankos que me leen... no hubo malicia alguna en lo que hice... no me aproveché de la situación... ¡No merezco ese castigo!... o sí, pero eso me tiene nerviosa al grado de temer por la seguridad de mis nalguitas que, dicho sea de paso, ahora mismo mantienen un hermoso color rojizo por una saldo de cuentas efectuado ayer por la noche por mi novio/spanker.
¡Quiero llorar!
El ego de la spankee está maltratado, las ganas de explorar cayeron rápidamente de mi lista de necesidades y mis ganas de portarme mal están más fuertes que nunca... ¡y qué!
Yo Spankee

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querida y osada azteca.

"Si no tienes buenas tijeras, no salgas a cortar lana, pues es más que posible que acabes siendo esquilada"

Ah y sobre la frase "¡No merezco ese castigo!" reléete tu anterior comentario ,porque es muy fácil decir "seguro que se lo merecía",je,je,je.

Un besito de tu cuore spagnolo

Anónimo dijo...

Al novio spanker no le molestan las nalgadas de otro?