lunes, 30 de septiembre de 2019

Dra. Spankee corazón.

Después de todo, esta es una fantasía que ha ido modificándose, creciendo y mejorando con el paso de los años. No soy la misma spankee que comenzó temerosa a interactuar con la gente 'de verdad', ahora tengo una personalidad propia que me hace única y, de voz de algunos spankers, incomparable e inolvidable en este mundillo de sorpresas. Ustedes saben que no me gusta clasificar en buena, mala o mejor spankee, ni a mí ni a nadie; simplemente disfruto de lo que soy y lo que siento. Qué bien que haya quien también lo haga a mi lado.

En algún momento llegué a pensar que la vida sin spanking no sería vida, y lo sigo creyendo pero, (in) justamente, la vida y su cruel realidad me han demostrado que a veces hay que establecer prioridades.

Lo lindo del spanking, además de las sensaciones que nos brinda todo el tiempo, es que se vuelve algo 'magico' cuando encuentras a la persona adecuada con quién compartirlo. 
Conozco a mucha gente que vive triste o frustrada porque no ha podido encontrar a alguien con quién compartir la fantasía y, a ellos, solo puedo decirles/pedirles que no se rindan. Sé que es difícil, también sé que el tipo de ansiedad que genera la ausencia de spanking es difícil de sobrellevar, sin embargo, también sé que nada es imposible. 

Pero también sucede, seamos realistas, que la gente (tanto hombres como mujeres) se sube en un ladrillo y se marea. Hay que entender que, las personas que participamos de esto, finalmente, somos personas comunes y corrientes. Todos tenemos una realidad con la que lidiar, un trabajo, una familia, una vida alterna y, por tiernos y románticos que parezcan los cuentos de hadas, son eso, sólo cuentos.

Hay una frase que me gusta aplicar en mi vida en general: nadie puede pedir lo que no es capaz de dar. De tal modo que, lo que nosotros buscamos y lo que ofrecemos, debe ir a la par. Sé de muchos muuuuuchos casos en los que el ego, de una u otra parte, rebasa los roles y, amigos, es ahí donde las cosas se complican. Hay que entender que, el spanking, es como cualquier otra relación interpersonal, uno espera recibir algo pero, como es de esperarse, también tiene que darlo.

Yo siempre he dicho que hay ingredientes necesarios e insustituibles:


  • Consenso 
  • Respeto 
  • Confianza 
  • Comunicación 
  • Honestidad 

Teniendo todo lo anterior desde ambas partes, es muy probable que una relación (de spanking, bdsm o lo que sea) funcione mejor pero, cierto es también que, esto no funciona como receta de cocina. Desafortunadamente, la vida no tiene manuales de uso, no hay pasos infalibles a seguir, todo es un azar. 

Dentro del spanking, así como la vida en general hay algo inexplicable pero existente: la química. Sí, ese click que pueden, o no, tener las personas... Ese 'no sé qué, que qué sé yo' que hace que los seres humanos armonicemos, o no. 

Supongo (jaja, SUPOngo) que a todos nos ha pasado: conoces a alguien y, desde el principio, te cae mal. Es inexplicable, ni siquiera le conoces bien, simplemente, no hay química o, por el contrario, te presentan a alguien o haces contacto vía internet y, aunque no le conozcas, te cae perfecto. ¿Cierto? 

Pero, ojo, amigos... NADA, en absoluto, garantiza el éxito de una relación spanko. Ya sé, ya sé, es todo tan confuso porque, aunque la fórmula parezca sencilla, no hay nada más personal e íntimo que poner tus nalgas, de manera literal, en las manos de otra persona. Y aquí no vamos a explicar los distintos tipos de spanking, eso será material para otra entrada, simplemente se trata de un voto de confianza, una entrega temporal de algo que es muy nuestro y que no se limita a lo físico. 

Hace tiempo platicaba con una (queridísima) amiga y spanker, acerca del tamaño de vínculos que se pueden desarrollar a través del spanking. Ella y yo estamos totalmente de acuerdo en que el spanking puede ser tan delicioso y satisfactorio como adictivo y peligroso. Este, como muchas otras cosas, es un juego que requiere madurez y disposición, estabilidad emocional y desapego, seriedad y responsabilidad. No se trata sólo de aventarse a dar o recibir nalgadas, es mucho más complejo de lo que parece. 

Aún así, sopesando los pros y los contras, me atrevo a recomendar el spanking como una de esas experiencias que no pueden quedarse en el tintero de las fantasías. Si usted, querido lector (a), ya tiene la inquietud o el deseo de probar, ¡hágalo!, no se quede con las ganas porque, como dicen en mi pueblo: "lo bailado, nadie nos lo quita"

YoSpankee 

2 comentarios:

edsuarmi dijo...

Me encanto yo spankee :)

Yo spankee dijo...

Gracias, nenita!!! 💞