Esta mañana conducía en dirección a mi oficina cuando en el camino descubrí una pequeña cafetería casera... de inmediato me orillé y pedí un jugo de naranja pero como iba un poco tarde pedí que me lo dieran para llevar. Nuevamente subí a mi auto y con el jugo en la mano continué mi camino... No sé si estaba disfrutando tanto mi bebida que al dar vuelta en una esquina me abrí como si trajera trailer y estuve a nada de pegarle a una camioneta que bajaba por la misma avenida a la que yo pretendía entrar.
Frené de golpe... los autos quedaron a pocos centímetros de distancia y yo con mi cara de ops! El señor que iba conduciendo el otro auto adoptó una actitud que me disgustó y casi me obligó a enseñarle la lengua... y lo hice porque se quedó ahí parado durante unos segundos que a mí me parecieron eternos... no se movía y se limitaba a mirarme feo. ¿Qué quería?...
Le sostuve la mirada, él ni parpadeaba y de pronto... ñeehh!!! le enseño la lengua. Él abre tremendos ojotes incrédulo de lo que estaba pasando, entrecerró los ojos, levantó la mano e hizo ese movimiento con la palma extendida moviéndola de un lado a otro... Sí, sí, ese que las spankees conocemos perfectamente y que no significa otra cosa que la amenaza de unas buenas nalgadas...
Sentí como la cara se me puso de mil colores y el tipo esbozó una sonrisita de triunfo mientras se alejaba lentamente... Ahora la de los tremendos ojotes era yo... no podía creer que un desconocido me hubiera amenazado de esa forma... Obviamente mi cabecita comenzó a fantasear con el hecho de 'qué hubiera pasado sí' el señor ese se hubiera bajado de su auto y llevado a cabo la amenaza... ¿cómo habría reaccionado la spankee que acababa de ser tan grosera y estaba consciente de que se había ganado unos azotes?... en fin...
Mientras continuaba mi camino una sonrisa se dibujó en mi traviesa carita y llegué feliz a mi oficina con la ansiedad de compartir esto con ustedes.
Yo Spankee
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