Cuando establezco contacto con alguien en este, bello y excitante, mundillo spanko... una de las primeras preguntas que me hacen es: ¿desde cuándo eres spankee?. Supongo que a mí, al igual que a muchos de los que estamos en esto, nos cuesta trabajo emitir una respuesta... de entrada porque no hay un evento específico a partir del cual podamos decir: 'desde hoy soy spankee'.
Quizá es que la pregunta se refiere a 'desde qué momento fuimos absolutamente conscientes de que esto nos gustaba... de que esto nos provocaba cosquillitas'... Sin embargo, a título personal, esas preguntas son tan irrelevantes... porque no hacen la diferencia, no te hacen menos o más o mejor spanko... ¿o sí?. Mi respuesta, por lo general es: 'soy una spankee nata'... y sí, porque estoy segura que esto viene en mí desde siempre pero, finalmente, ¿qué más da?... Hoy soy spankee, lo disfruto plenamente y planeo seguir haciéndolo...
He notado también, en algunas conversaciones de facebook, twitter y cuanto espacio me es posible fisgonear, que hay spankos que creen que, mientras más alto el umbral de dolor, mejor spankee se es... ¡No estoy de acuerdo! Estoy un poco cansada de interactuar con gente que se rasga las vestiduras y emite juicios a partir de tal o cual cosa en un mundo en el que, descarada y exageradamente, se exige respeto, libertad y cero prejuicios... ¿Será que estoy pidiendo peras al olmo?...
Hace poco leí en Twitter a una spankee que confesaba, después de 4 años de practicar el spanking de manera regular, tener ahora menos resistencia que al principio. Me identifiqué plenamente con ella... y me pregunto si el placer es medible en cuanto a la fuerza de un azote o el dolor que este provoque... mmm. Asumamos que la personalidad de l@s spankees y sumis@s es tan variable como lo son las del grueso de la población en el mundo vainilla. No hay por qué etiquetar, no hay por qué presumir... y tampoco hay por qué minimizar a quienes son distintos...
Personalmente disfruto cada azote, esa es mi naturaleza, así responde mi cuerpo.... no importa si se trata de un azotito ocasional y suave que me dé mi novio/spanker al pasar detrás mío o si es una azotaína que termina dejándome serias complicaciones para permanecer sentada después... ¿Cuándo soy buena o mala spankee?...
Hay días en que mi cuerpo, quizá también mi alma, está sensible... y la disponibilidad para ser castigada la dejo encerrada en el clóset... en esa situación seré, absolutamente, incapaz de soportar más de unos cuantos azotillos... a menos que me aten las manos y, entonces, el dolor, las lágrimas y... acaso el placer, serán por completo ajenos a mí.
Pero sucede que también hay días en que sería capaz de tentar al mismísimo demonio, días en los que el spanking resulta insuficiente... nalgadas, varazos, cintarazos, paddles y cuanto se atraviese parecen juego de niños... aunque la cola esté roja, aunque las lágrimas hayan sido derramadas, aunque me manden al rincón no dejo de necesitar más... entonces, ¿soy buena o mala spankee?...
Sobra explicar el sarcasmo porque, desde donde yo lo veo (y lo vivo), el placer es el único objetivo... más allá de un castigo ganado, de una cantidad de azotes previamente acordada o, incluso, del/los instrumentos a usar... ¿Qué más da si son 30, 60, 100 o 500?... El disfrute es la mejor parte... el placer... el orgasmo.
No se es peor o mejor spankee... en tanto que haya quien comparta y disfrute al lado pero, lo más importante, mientras un@ mismo lo goce...
Yo Spankee