domingo, 15 de abril de 2018

Miedo.

Sentir miedo es normal y, me atrevo a decir, es bueno. Hay diferentes tipos de miedos, desde el que comienza con una punzada en el estómago, hasta el que hace temblar el cuerpo y reaccionar con el único fin de sobrevivir.

Hoy no estoy pensando en el miedo sencillo, el que a muchos de nosotros nos encanta experimentar... El miedo a ser sorprendidos en algún descuido o fechoría, el miedo a ser sometidos y obligados a, azotes de por medio, aceptar las culpas y prometer no volverlo a hacer. No se trata de ese miedo que recorre la espina dorsal cuando, en una posición vulnerable, el calzón sale de su sitio y nuestra cola se expone a una buena cueriza. No, esos miedos son una delicia.

Hoy es un miedo diferente... Un miedo que va acompañado de incertidumbre y de un poquito de cobardía... Hoy no estoy segura de ser capaz de afrontar lo que los resultados de esos estudios clínicos vayan a decir. Pero, me atrevo también a prometer que, sea lo que sea, estaré ahí luchando... Pataleando y pidiendo perdón con la mejor de mis caritas de 'yonofui' para que la vida, cual spanker estricto, ceda un poco y me permita seguir haciendo de las mías como hasta ahora...

YoSpankee

miércoles, 11 de abril de 2018

Hala Madrid.

Mi esposo/spanker es madridista a morir y yo, básicamente, solo amo ver el futbol, gane quien gane (cuando se trata de la Champions). Esta mañana, a modo de broma, le dije que sería divertidísimo que, así como eliminaron al Barcelona por sobrados y confiados, también eliminaran al Real Madrid... Hubieran visto su cara.

Durante el partido, todo apuntaba para que así fuera... Entonces me dijo que si perdían, por 'salitrosa', me iba a ganar la cueriza de mi vida...

Empate global y poco tiempo en el reloj cuando, de repente, ¡penal a favor del Real!. Tocó al guapísimo de Cristiano Ronaldo tirar y, con esa elegancia que lo caracteriza, ¡GOOOOL!

En el fondo sí quería que pasara el equipo español, pero jamás se enterará mi esposo de eso... Me salvé de una tunda, y miren que era una buena pero, en el estado actual de mi colita, gracias a Dios que la Juve no dio para más...

YoSpankee

lunes, 9 de abril de 2018

Creando monstruos...

Hace unos días comencé a sentir un pequeño malestar: dolor de cabeza y de garganta, cuerpo cortado, flujo nasal, etc. Asumí que se trataba de un simple resfriado y lo dejé pasar. Días después todo empeoró, mi pecho roncaba con cada respiración, la garganta se negaba a dejar pasar cualquier alimento e, incluso la saliva, hacía que me retorciera de dolor. Si desde el principio hubiera hecho caso a mi esposo/spanker de acudir al médico, las cosas no habrían empeorado tanto, no solo en la cuestión de salud.

Al principio él insistió, me dijo varias veces que fuéramos con el médico y yo(spankee) me negué rotundamente, alegando que no era nada, que ni siquiera me sentía tan mal... Así, una tarde, después de este y varios motivos, si no me sentía tan mal, entonces podría resistir un ajuste de cuentas, ¿no?
Tirada boca abajo en la cama, pantalón y calzón en los tobillos, recibí una severa tunda con varios instrumentos pero, el principal, el protagonista del evento, fue una fina varita que, excelsa en su actuación, dejó muchas líneas marcadas de lado a lado en mis pobres nalgas.

Un par de días más adelante, el malestar era terrible, como les conté, hasta respirar era un reto. Decidí entonces ir al doctor pero, oh no, el tratamiento ideal para la terrible infección de garganta y oídos era, ni más ni menos que, unas inyecciones intramusculares de antibiótico y no sé qué más. Huí, ya sé que qué ridiculez pero, queridos amigos y lectores, ¿qué iba yo a decir si, el médico o enfermera, preguntaban acerca de las múltiples marcas en mi cola? Preferí quedar como una miedosa infantiloide ante las agujas, que enfrentar una situación incómoda. Mi esposo/spanker moría de risa.

Al día siguiente, ante la insistencia del médico, (y habiendo considerado mis opciones) volví al consultorio, recibí la receta, junto con un breve discurso/regaño por parte de mi doctor por haber reaccionado de esa forma. El acuerdo fue que mi esposo/spanker me aplicaría las inyecciones, y así fue.

Cabe aclarar que él no sabe inyectar, o no sabía porque tuvo que aprender... Aunque, tengo que confesarlo, la manera en que conseguí convencerlo para que lo hiciera, fue negociando un tratamiento médico completo, es decir, no habría tabletas o jarabes, todo sería a través de inyecciones y supositorios. Como lo leen, amigos... Fue la única forma en que conseguí tener un enfermero de cabecera.

No fue la primera vez que 'tomé' supositorios, pero sí la primera vez que alguien me los aplicó, la primera vez que tuve que adoptar una posición para recibirlos y, también, la primera vez que, con nalgadas de por medio, alguien me obligaba a seguir las instrucciones (reales) del médico.
No era un pudor normal, es decir, él conoce cada rincón de mi cuerpo... Pero eran un montón de emociones las que se me revolvían dentro, cada vez que me anunciaba que era hora de mi tratamiento.
Las primeras veces, yo me seguía sintiendo muy mal físicamente, después todo mejoró y eso permitió jugar un poco mientras, obediente y responsablemente, seguía las indicaciones de mi doctor, casi, al pie de la letra.

- Bájate el pantalón y ponte boca abajo. No te pongas dura porque, si no, no entra la aguja. Así, 'flojita', no duele, no seas llorona... Sigue y me vas a hacer que te dé verdaderos motivos para llorar, señorita. ¿Ya ves?, no dolió, no era para tanto. Ahora levanta ese culito porque todavía falta tu supositorio. No no, no hagas pucheros, el doctor dijo que debías hacer el tratamiento completo... Anda, separa un poco las piernas, así. No, corazón, no aprietes la colita porque me vas a hacer que te nalguee. Así, separa tus nalguitas con tus manos... Ahí está, ¿ves?, no era tan difícil. Ah no, ni te subas el pantalón, todavía faltan tus buenas nalgadas, que me las debes, no te hagas...

YoSpankee

jueves, 5 de abril de 2018

Reiteradamente...

Hoy tenía en mente el post a publicar, el primero del 2018 (vaya descaro el mío) en pleno abril. Sin embargo, después de dar un breve recorrido por algunos de mis posts, tuve que dejar mi relato en el tintero (no me regañen, lo retomaré muy pronto) pues, pude darme cuenta de cuántas veces me he ido y regresado a este espacio que, sin mentir, es uno de los que más disfruto y que me ha llenado de tantas y tantas satisfacciones, mucho más allá de las humedades correspondientes.

Una y otra vez me he disculpado con ustedes por la ausencia, por la falta de creatividad, por dejar en el olvido las letras que, tanto a ustedes como a mi, nos hacen tan felices... Una y otra vez he prometido escribir más, estar más presente... Y sí, una y otra vez he fallado, no hay justificación, simplemente llevo años tratando de retomar el ritmo y, juro que siempre ha sido con la intención real de hacerlo, simplemente las circunstancias no lo han permitido así. ¡Lo siento tanto!

Esta vez no haré promesas, ahora no vengo con el mismo cuento de siempre, tal vez ustedes ya ni siquiera me creerían, y yo no podría culparlos, jamás... Hoy solo vengo con letras a disposición, con placeres acumulados porque no había podido compartirlos con ustedes y, después de todo, muy feliz de volver sentirme YoSpankee...

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Para quienes han preguntado (gracias, por cierto), mi salud se ha mantenido estable, hasta cierto punto... Después de varias cirugías, las cosas se han ido acomodando, no volverán a ser jamás como antes pero, si alguna habilidad tiene el ser humano, es la adaptación a nuevas situaciones... Y heme aquí.

Poco más de 9 años han pasado desde que comencé con este proyecto, mil cosas han pasado en todo este tiempo, la spankee ha evolucionado, lo mismo que la mujer que aquí escribe... Y, a pesar de ello, tengo un extraño cosquilleo en el estómago, como si fuera la primera vez, como si estuviera arrancando de cero.

Gracias a quienes permanecen cerca, gracias a los que siguen enviando mensajes y compartiendo conmigo sus fantasías, sueños, aventuras y deseos spankos.

Hay YoSpankee para rato.