lunes, 22 de febrero de 2021

Recuerdos y él.

Cuando fui consiente de la fecha de hoy, me cayó como balde de agua fría. Hace trece años lloraba inconsolable por la pérdida de una persona que, sin saberlo, fue un parteaguas en mi vida, tanto vainilla como spanko. Fue él quien, a mis tiernos 16, ne hizo descubrir y aceptar mi gusto por los azotes.

La verdad es que fue imposible hacérselo saber pues, cuando yo reconocí mis gustos y comencé a practicarlos, él ya no formaba parte activa en mi vida, es decir, estaba ahí pero ya no éramos tan cercanos, hasta que su enfermedad nos obligó a coincidir de nuevo pero, claro, ya no era un tema del que pudiéramos o debiéramos hablar. 

Pasé a su lado los últimos meses que tuvo de vida y, aunque quizá nunca se lo dije, agradezco mucho haber sido la persona que lo ayudó a despedirse de todo y de todos. 

No podría decir que mi historia spanko sería inexistente sin su participación, porque mentiría, pero sí es cierto que él me enseñó a divertirne y disfrutar algunos juegos que más adelante, en mi adultex, tomaron un maravilloso sentido. 

Sufrí mucho cuando murió y, lo confieso, muchas veces me pregunto, sí las cosas hubieran sido distintivo, si él no hubiera muerto, ¿acaso estaríamos juntos?... Nunca lo sabré, obviamente.

Lo cierto es que sigue en mi mente y en mi corazón, y así será  por siempre...

YoSpankee 

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