Es sabido por todos ustedes que este no solo es un blog de relatos spanko aunque, por supuesto, son mi herramienta preferida para dar salida a las experiencias, fantasías y deseos de mi YoSpankee. Sin embargo, la mujer detrás de la spankee es mucho más que un bulto dispuesto a recibir nalgadas; la spankee tiene miedos y frustraciones que, aunque a ratos hagan presa de ella, también le permiten reconocer su vulnerabilidad y apelar a su fuerza, voluntad y coraje para salir adelante de cualquier situación, por difícil que parezca.
Pero no lo hago sola, al contrario, en ese tipo de situaciones voy corriendo a lloriquear con mis amigos en Facebook y sé, estoy segura de ello, que ahí obtendré todos los mimos y la energía que necesito para retomar el camino.
No me gusta hacerme la víctima, no es mi estilo, pero a veces caigo en el juego y me permito sentirme débil, llorar y patalear en circunstancias que, estoy consciente, no se resolverán de esa manera. Pero tampoco puedo negar mi lado spankee, ese en el que la catarsis llega con lágrimas de por medio y esta vez no fue la excepción.
Una mañana me desperté con el corazón lleno de ansiedad, de la nada, las lágrimas rodaban por mi cara. El día anterior había ido al médico y, aunque yo sospechaba el diagnóstico, el doctor me lo confirmó: esguince en el hombro derecho. El dolor, a pesar del medicamento, era insoportable. Después de año y medio de constancia en el gimnasio, tendría que ir a cancelar mi suscripción porque, la recuperación del hombro, me llevará meses. Ese detalle me derrumbó pues, para mí, el gimnasio representaba un reto que poco a poco había ido venciendo pero, ahora, la prioridad es mi salud y, aunque lo entiendo, para nada es consuelo.
Soy sumamente afortunada, las personas cercanas a mí, en lo vainilla y lo spanko, lograron ayudarme a entender y aceptar las cosas. Cada uno a su manera, me apoyaron para salir del bache y aunque ahora estoy con el brazo inmovilizado y en espera del resultado de la resonancia magnética, me siento muchísimo mejor.
Quiero aprovechar para agradecer a todos aquellos que me brindaron su apoyo, que me sostuvieron en momentos de crisis y que, además, no juzgaron mi debilidad. De verdad, gracias mil.
No se han terminado los relatos, al contrario, es solo que tenía necesidad de hablar un poco de lo otro que también es parte de esta spankee llorona. Hay varios textos en lista de espera, ojalá el tiempo y el ánimo den para un poco más.
Por cierto, hay un castigo pendiente por la negligencia y el descuido que mostré al tardar tanto en atender mi hombro pero, amigos, eso es algo que les contaré en otra ocasión.
YoSpankee
Bueno pues espero que este recuperada totalmente de su hombre y poder leer sus excitantes relatos eróticos.
ResponderEliminarQuería invitarle a visitar mi nuevo blog, de temática similar, por si le apetece, pinchando en el enlace de más abajo.
Muchas gracias y besos.
Oleadas de Placer