martes, 23 de diciembre de 2014

Jo jo jo...

Parecía lejano... sé que la relatividad del tiempo y bla bla bla... pero diciembre llegó muy rápido para mí y, de pronto, mañana ya es nochebuena... 

Me gusta esta temporada, siempre me ha gustado... y me habría gustado mucho más si celebrara estas fechas con nalgadas de por medio, pero no será posible... Así que, como mi esposo / spanker y yo, pensamos en todo, estoy preparándome, en este preciso momento,  para recibir la última tunda del 2014. 

A partir de mañana no tendremos la privacidad necesaria para estos jueguitos que tanto nos gustan... de hecho, será hasta el 3 de enero que podamos volver a las andadas... así que, queridos amigos, me despido por ahora... les deseo lo mejor en estas fiestas... pedí media hora antes de iniciar un castigo que, si nos guiamos por las faltas reales, no creo poder sentarme a cenar cómodamente mañana... 

Ahora iré a ponerme la pijama, colocar el cinturón, la paleta de madera y el cepillo en el buró... bajarme el pantalón hasta las rodillas, por supuesto no traigo ropa interior, y esperar, tumbada boca abajo sobre la cama, a que termine la media hora... ya pasaron 14  minutos. 

Yo Spankee 

martes, 16 de diciembre de 2014

Siga la flecha ===>

He perdido un poco de resistencia... algún spanker me dijo una vez que era insaciable, y quizá era así en ese momento. Mi cuerpo era capaz de aguantar severas tundas que dejaban rastros de rojos a morados, no sólo en mis nalgas, también en mis muslos...

No alcanzo a entender de qué se trata, en ocasiones un instrumento puede parecer maravilloso, amigable y por completo delicioso... pero en otras puede ser un instrumento de tortura, incluso psicológica, solo de mencionarlo.

Mi esencia es spankee,  la mayoría de las veces, lo que ando persiguiendo, son unas nalgadas bien dadas... por supuesto, con la consiguiente sesión de sexo, humedad y placer. Pero también es cierto que deseo ir más allá... he obtenido muchas cosas deliciosas del spanking... y aunque no soy de la idea de etiquetar situaciones, personas o momentos... quiero trascender, buscar lo que haya más allá. No sé si lo que quiero entra en el denominado bdsm, sumisión, etc... pero hay cosas de ahí que deseo probar.

Al ser spankee algo he de tener de masoquista, disfruto muchísimo el dolor que producen unas nalgadas y azotes con distintos instrumentos... disfruto también de toda la atmósfera que envuelve todo ello: las advertencias, las miradas, las órdenes y hasta la humillación que conllevan estos rituales... aún así, iré por más. Ya no es una duda, no estoy en proceso de resolver si lo hago o no... ¡estoy decidida!

¿Cómo llamarlo?, no estoy segura, pero tampoco tengo necesidad de hacerlo... una vez más, voy con el disfrute como único objetivo... Disfrute mío y de mi hombre, por supuesto...

Y es así que seguimos avanzando...  ;)

Yo Spankee

domingo, 14 de diciembre de 2014

Ciclos

Pero se trata solamente de tiempo, es decir, mis ciclos por ahora se limitan al tiempo pues, en lo demás, sobre todo lo spanko, no podría definir comienzos o finales, sino procesos. 

Mi Yo Spankee está más viva e inquieta que nunca... confieso que a momentos me tortura un poco la edad y, sería deshonesta si no lo aceptara, la apariencia física sigue siendomi talón de Aquiles. La naturaleza no me favoreció con un cuerpo delgado, tampoco con sensualidad... habrá quienes estén en desacuerdo conmigo, a ellos les agradezco mantener alta mi autoestima. 

La sexualidad no se mide en kilos, eso lo sé... y ninguno somos igual a los demás... conozco personas que podrían opinar que soy linda, algunos hasta dirían que sexy... Yo solo agradezco tener amigos tan buenos, aunque un poquito mentirosos. Ja. 

Estoy desarrollando y soñando con nuevas y deliciosas fantasías... no saben ustedes, o quizá sí, lo que la imaginación de esta spankee es capaz de conseguir... es por ello, y por el placer que este mundillo me ha brindado siempre a través de personas maravillosas, que no me iré... al menos no por ahora, ni muy pronto... 

A pesar de las publicaciones tan espaciadas, Yo Spankee sigue viva, latente y ansiosa de nalgadas y muchas otras cosas... Aquí estoy  y pretendo continuar compartiendo con todos ustedes lo que soy, lo que sueño, lo que deseo y necesito. Ustedes son y seguirán siendo testigos del crecimiento de esta spankee mexicana que tiene a las letras como aliadas fieles de esta maravillosa aventura denominada spanking. 

Yo Spankee 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Recuerdos

Es difícil para mí establecer un principio oficial de mi YoSpankee, trato de hacerlo pero todo se complica cuando los recuerdos hacen revolución en mi memoria, que además cabe mencionar, es pésima. 

Cuando era pequeña vivía con el temor de ser castigada, no porque en casa existieran los castigos físicos, quizá era porque deseaba que así fuera. Me gustaba escuchar experiencias de otras personas al respecto, moría de ansiedad cuando, por casualidad, escuchaba a alguien hablar de nalgadas, cinturonazos, chanclazos, etc... pero mi corazón daba vuelcos cuando escuchaba la palabra 'cueriza', ese efecto aún existe en mí, de la misma forma que aún reacciona mi cuerpo... En ese entonces yo no sabía que era excitación, no sabía que esas palpitaciones en mi entrepierna significaban tanto, no sabía nada... más que me gustaba la sensación. 

En ese entonces (y miren que no soy vieja) era común que los adultos recomendaran los castigos físicos como método educativo o correctivo... y yo, que era tan rebelde y jamás me quedaba callada ante algo que no me parecía, fui testigo de dicha recomendación a mis papás por parte de tíos, profesores y demás metiches. (des) Afortunadamente mis papás nunca hicieron caso, y es así que jamás recibí una sola nalgada en casa. 

Alguna vez me tocó presenciar que  castigaran a alguno de mis primos, pero entonces todo perdía el encanto. En alguna ocasión fui yo el motivo de dicho castigo y la culpa me hizo desear que la que llorara tirada en la cama y sobándose las nalgas, fuera yo. La sensación en mi entrepierna no se hizo esperar. 

Conforme fui creciendo el deseo fue incrementándose, así que mis gustos comenzaron a reflejarse en mis sueños, en mis dibujos y, más notablemente, en mi ropa interior. Recuerdo que tenía una compañera en la secundaria que me contaba cuando su papá la castigaba (a ella y a sus hermanos) y lo hacía de una forma tan natural, que no me avergonzaba preguntarle. En una ocasión me platicó que se perdió el control de la tv y ninguno de ellos confesó la culpa, entonces su papá les dijo que los castigaría a los tres... que pasarían de uno en uno frente a él y recibirían un cinturonazo la primera vez, dos la segunda y así sucesivamente hasta que el culpable hablara. Ufff, la cantidad de noches que recreé la escena en mi imaginación, siendo yo una de las protagonistas. 

En la preparatoria conocí a un chico, del que más adelante me enamoraría, pero esa es otra historia. Era muy alto para su edad, de espalda ancha y personalidad fuerte, voz grave y mirada penetrante... jamás hubiera imaginado que, a sus 16 años, aún recibiera castigos físicos por parte de sus padres. Su mamá usaba la mano, su papá el cinturón o una correa que guardaba para casos especialmente fuertes. La mayoría de las veces los castigos eran por bajas calificaciones, así que yo esperaba ansiosa cada bimestre... digo, no es que deseara que le dieran cada vez, pero conocía muy bien cuando los resultados no le eran muy favorables. 
A él nunca le conté lo que sentía al respecto de las nalgadas o los azotes en la cola, pero apuesto que notaba mi interés. Una sola vez le dije, a modo de broma, que me merecía unos correazos... y él, en el mismo tono, me respondió que me los daría con mucho gusto. Supongo que me puse de mil colores, tristemente nunca sucedió. 

Durante los últimos semestres de la prepa, tenía yo un novio cuyas particularidades me permitieron ser más abierta en cuanto a gustos, fantasías y deseos... y aunque le dije acerca de las nalgadas y hubo muchísimas amenazas de su parte, nunca una sesión en sí, solamente una vez apostamos cinturonazos con un dado, ambos dimos y recibimos sobre la ropa... pero igual, ese momento fue la gloria para mí. 

Después pasaron los años, nunca perdí de vista mi objetivo, mis deseos, mis necesidades... en aquel entonces mi apariencia era el principal obstáculo, siempre he sido muy insegura en ese sentido, pero entonces lo era mucho más... así que ni lo busqué y mi vida sentimental era solo eso... muy cursi y emocional. 

Continuará... 

Yo Spankee 

martes, 19 de agosto de 2014

Error

Hacía tiempo que no escribía acerca de una experiencia propia, y no por falta de material, sino por cuestión de tiempo y porque, aunque disfruto cada sesión, las últimas habían sido meramente eróticas, con fines completa y claramente sexuales.

No me mal entiendan, las nalgadas que yo recibo son siempre con fines de pasión, pero a veces el proceso implica algo de disciplina doméstica... tal fue el caso de lo que me dieron esta tarde.

Apenas llegué a casa ya estaba él esperándome,  de inmediato noté la mirada distinta, esa que me indica que algo está pasando... solo tuve tiempo de dejar mi bolso en el sofá y preguntar si todo estaba bien, cuando comenzó el interrogatorio. Muchas veces he dejado de hacer cosas que me pide, mi pretexto es la pésima memoria, las actividades extra, el tráfico, etc... y él lo deja pasar, es comprensivo y muy paciente, finalmente  sabe que hago lo que puedo, a veces más.

Sé que lo de hoy fue un pretexto, él quería nalguearme y me encanta que lo haya hecho de esa forma. El  instrumento principal, además de su mano, fue un ancho paddle de madera que, dicho sea de paso, me produce escalofríos solo de verlo... a veces me amenaza con usarlo, pero no lo hace porque sabe el miedo que le tengo... por eso supe que hoy iba en serio. Tragué saliva.

Las primeras nalgadas fueron sobre la ropa, pero no en otk como me habría gustado... por eso siento que fue duro desde el principio. Recostada sobre la cama apretaba fuerte los párpados, no porque doliera (todavía) sino porque sabía bien lo que estaba por venir.

Es muy difícil responder preguntas de manera coherente o rápida mientras las nalgas se van calentando a la velocidad con que caen palmadas fuentes sobre ellas. Después, lógicamente, mis jeans terminaron en mis rodillas, un rato después mis calzones de la misma forma. Soy capaz de aguantar muy bien una nalguiza, por dura que sea... acaso patalearé, intentaré meter la mano y exageraré las quejas... pero a la hora del paddle me puedo arrepentir de todo, de lo que sea, incluso de lo que no he hecho.

Traté de convencerlo para que no lo usara, prometí cosas que  ambos sabíamos no podría cumplir, ofrecí cambiar y ser mejor de ahora en adelante. No me creyó.

La tabla golpeó una y otra vez, el ritmo y la fuerza iban variando sin previo aviso. Azotes rápidos pero suaves, luego lentos pero mucho más intensos... alternando una nalga y luego la otra  o abarcando ambas. A momentos él tomaba mi mano y la sostenía en mi espalda, es que a ratos era imposible no meterla... dolía muchísimo. Snifs.

Supongo que es muy tentador volver a utilizar la mano sobre unas nalgas rojas, calientes y muy sensibles... ya que en un par de ocasiones dejaba la tabla sobre la cama y me daba nalgadas muy fuertes. Entonces hice lo más estúpido que se me pudo ocurrir: tomé el paddle y lo lancé tan lejos como pude, craso error. La tabla tuvo mucho más trabajo conmigo, mis pobres nalgas están muy adoloridas, aún se sienten calientes y tienen esa texturita deliciosa de cuando se hinchan.

No voy a quejarme, aunque eso parezca, porque después tuvimos una maravillosa y húmeda sesión de sexo... pero creo que igual iba a recibirlo con la cola menos aporreada.

Yo Spankee

miércoles, 6 de agosto de 2014

¡Estoy enferma!



Desde hace tiempo vengo leyendo en distintos espacios el espanto, la aberración que produce en algunas personas el hecho de que hayamos otras (particularmente mujeres) que gustamos de recibir azotes en las nalgas... pero también he visto, hasta eso que con cierto agrado, el nivel de interés y cuchicheos que provocó el libro (la trilogía) de 50 sombras de Grey. Últimamente está más de moda que cuando salió el primer libro, y es que no es para menos porque está a punto de estrenarse la película... yo soy una de las que no piensa perdérsela. 

Verán, estoy de acuerdo con que no se trata de una obra digna de un premio de literatura, por supuesto que la historia es tonta y cursi hasta el hartazgo... pero Christian Grey se convirtió en puente de comunicación entre los spankos y bdsemeros con los vainilla. Personalmente no me contuve y compartí los libros con cuanta vainilla se dejó, incluidas mis hermanas y amigas... de esa forma pude notar su afinidad o rechazo para con esto que es mi vida: el spanking.

No voy a entrar en la tonta discusión acerca de si el libro es cierto en sus descripciones, si muestra o no un bdsm muy light, etc... recuerden que soy de la idea de que cada uno viva sus preferencias y gustos como mejor le plazca, hasta donde sé no hay una ley irrompible del bdsm o spanking... así que dejémonos de mojigaterías. Si el libro les gustó o no, esa es otra cosa... estoy segura que pocos de este mundillo lo aceptarán como algo relevante para la comunidad... la gran mayoría se cree el cuento de superioridad mental y psicológica porque 'somos' de mente abierta, pero son los primeros en señalar, etiquetar y desacreditar porque no está a la altura. Bah.

El punto al que quería llegar, y el cual sugirió el título de este post, es la reacción del mundo vainilla (mucho más honesta que la del mundo 'openmind' spanko y bdsmero)... hacia la forma en la que puede desarrollarse una relación, ni siquiera de disciplina doméstica, sino de juegos sexuales consensuados entre adultos, como los que describe el libro. Algunas personas se sonrojan al mencionarlo, otras sonríen pícaramente y levantan los hombros, la mayoría opinó que ¡qué aberración!... y todas leyeron, al menos el primer libro, completito. Ja!

Yo no me voy a centrar en la historia de E. L. James, autora de tan controvertidas publicaciones, sino en lo que mi imaginación y libre albedrío, en cuanto a cualquier libro, me permitieron desarrollar. Me pareció interesante la forma en la que la chica (Ana Steele) se va introduciendo al mundo 'obscuro' que representan los gustos, deseos y fetiches del hombre que le robó el corazón (¿quién puede no enamorarse de Christian Grey?... y más si gusta de los azotes. Me les caso, señores), lo cual demuestra que el amor sigue siendo una fuerza indomable, pero mejor aún, que el spanking puede terminar gustándole (casi) a cualquiera... hasta a una mojigatilla inexperta. 

Criticaría que se encasilló a Mr. Grey como un traumado, con problemas mentales y de personalidad, con telarañas psicológicas que ayudan a pensar que, obvio, con una infancia como la suya, cualquiera optaría por una vida sexual 'enferma', ¡carajo!... como si solo nosotros 'los enfermos' contáramos con características de ese tipo... Bah, de nuevo.

Sin afán de seguir revolviendo este post, solo diré que lo que cuenta 50 sombras no es nada nuevo, es solo una historia de amor que se da entre una vainilla pobretona con aires fantasmagóricos y un guapo millonario que gusta de juegos sexuales particulares... ¿vieron cómo es fácil etiquetar a la gente? 

La conclusión de mi experimento, por si no habían notado que lo fue, es que a muchas mujeres les gustaría experimentar aunque sea un poco de lo que se describió en el libro, que todas anhelan un hombre en sus vidas que las cuide, de quien sean la prioridad y quien sea capaz de hacer cualquier cosa por ellas... ¡obvio!. Que hay personas, particularmente mujeres, que piensan que la que se deje nalguear, es una tonta enferma que no tiene dignidad... aquí yo podría decir que 'pobrecitas', no saben de lo que se pierden... pero mejor diré que cada uno haga con su cuerpo, sus humedades y sus orgasmos lo que mejor le convenga, y a mí me conviene ser una enferma que disfruta cuando su esposo/spanker le da sus buenas nalgadas.

Ya quiero ver la película.

Yo Spankee

jueves, 10 de julio de 2014

... de nuevo.

Debido a múltiples problemas y crisis de pareja, mi vida spanko había estado en una pausa forzada, confieso que mis energías estaban completamente dirigidas a salvar mi relación de una caída fuerte y quizá de consecuencias terribles y situaciones irrecuperables. Afortunadamente la cordura aún ronda por este lugar y, después de extensa charlas, muchísimas lágrimas, acuerdos, propuestas y disposición; mi esposo/spanker y yo caímos en cuenta del gran amor que sentimos el uno por el otro, de la necesidad que tenemos por seguir compartiendo sueños, planes, objetivos, ¡futuro!... y así libramos esta cruenta batalla contra los chismes y la gente que solo actúa para causar daño. Punto para nosotros ;)

... la vida spanko ha vuelto también, si mi alma está tranquila de nuevo y mi respiración ya recobró el ritmo habitual, ¿por qué no habrían de hacerlo también las noches de nalgas rojas?... ¡qué felicidad!

Ustedes saben que mi relación no es de disciplina doméstica, lo que tenemos mi esposo/spanker y yo es meramente sexual... la disciplina es solo el pretexto para provocar la situación, pero ambos sabemos que, inevitablemente, después de unas nalgadas vendrá siempre una sesión de sexo delicioso y húmedo... oh sí. Por supuesto que esto funciona así para nosotros, habrá quien lo maneje de distinta forma y es igual de respetable... porque esto, damas y caballeros, es tan versátil como cada uno lo desee.

Debo confesar que la semana pasada recibí un par de tundas, nada muy fuerte, apenas lo suficiente como para que las nalgas me quedaran rojas, hubiera algunas caricias y después dormir plácidamente... pero no fueron las mejores que he recibido, no solo por la baja intensidad... sino por el momento difícil que pasábamos... siempre he creído que esto se debe disfrutar de principio a fin, sufrirse jamás... y yo no podía dejar mi drama de lado... así que aguantaba con los ojos cerrados para contener las lágrimas... pero no por la razón que me habría gustado que fuera... en fin, nunca más quiero volver a pasar por algo similar... lo intenté un par de veces pero, tanto él como yo, nos dimos cuenta de la falsedad del juego.

Por cierto, amig@s spankos, aunque el plan haya sido hecho con anticipación, aunque el cuerpo diga una cosa... si el alma, el ánimo o la situación indican que NO es momento para unas nalgadas, podemos negarnos a ello... la otra persona entenderá... 

Yo Spankee

lunes, 2 de junio de 2014

Mojándolo todo...

Esta sensación es extraña, es nueva para mí... ¿desagradable?, no... en lo absoluto, incluso podría decir que, a pesar del dolor inicial, resultó bastante placentero.

Confieso que siempre había tenido la 'inquietud' de probar, pero nunca me había atrevido a pedirlo... o a intentarlo por mi cuenta. Esta vez sucedió porque estoy con la persona adecuada, combinando deseos y fantasías de manera extraordinaria... sintiéndome tan suya como él mío.

Descubrí que hay cosas que dan más miedo por los tabúes y la doble moral... pero que al final, si la persona con quien lo compartes es la adecuada, se puede llegar a niveles de placer nunca imaginados.

Aprendí a asumir una posición, tanto física como mental y emocional, que me permita llegar, de su mano, hasta donde queramos los dos. Fue casi mágico el momento en que, ya un tanto sudorosos y agitados por el juego previo, me puso sobre sus rodillas y me dio una fuerte dosis de nalgadas bien dadas... de esas que no me permiten olvidar quién manda y a quién le pertenezco... después de unos minutos en los que mis jadeos ya se confundían con pequeños gritos de dolor, me tomó del brazo y me ayudó a incorporarme sosteniéndome también de las nalgas pues, a esas alturas, mis piernas estaban un poco débiles y temblorosas... cuando ya estaba de pie, me dijo: ponte en cuatro sobre la cama. Obedecí.

Pensé que lo que venía a continuación era un poco más de sexo convencional, o bien la cueriza que me había estado anunciando durante toda la semana... pero no. 

Apoya tu cara sobre el colchón, separa un poco las piernas... con tus manos separa tus nalgas... cuidado, se requiere un poco de equilibrio, quiero que trates de quedarte quieta, ¿puedes?

Era difícil mantener la posición indicada... el nerviosismo y el miedo lo complicaban aún más. Apoyé firmemente las rodillas y trataba de ayudarme un poco con los hombros para que mi cara no se aplastara contra la cama... en eso estaba cuando sentí sus labios besando mi cola, su lengua sobando las marcas rojizas que seguro habían quedado a consecuencia de su experimentada palma. Mi cuerpo comenzó a temblar cuando sentí uno de sus dedos rondando la zona que quedaba a disposición mientras mis manos, temblorosas también, separaban mis nalgas... Gemí.

¡Silencio!... fue la indicación que acompañó un fuerte y sonoro azote en mi muslo derecho.

Un líquido frío y viscoso cayó desde mi espalda baja hasta perderse en ese orificio que se ofrecía tímido y se contraía al menor movimiento. Pude sentir la yema de su dedo índice hacer círculos al rededor... después comenzó a introducirlo suave y lentamente mientras yo luchaba contra unas terribles ganas de llorar... pero no por dolor, era ese tipo de llanto por placer, por impotencia... tenía prohibido emitir sonido alguno o moverme mínimamente.

Estaba sorprendida... gratamente sorprendida... no sé cómo pero su dedo ya estaba completamente dentro de mí, entraba y salía despacio... yo apretaba los ojos mientras deseaba que no se detuviera... su otra mano pasó por entre mis piernas y se situó justo sobre mi pubis... otro dedo comenzó a hacer lo suyo pero ahora en mi clítoris. ¡Me voy a volver loca de placer!

Los fluidos de mi cuerpo ya eran más que evidentes, las contracciones eran inevitables, mi respiración era tan agitada. Dos dedos adentro... ¡qué delicia! De pronto escuché el zipper de su pantalón...

(continuará...)

*   *   *

Antes de que otra cosa suceda, esto es un relato, no una vivencia mía... (ojalá)... y fue escrita mientras escuchaba esta canción una y otra vez.






Los otros relatos (inspirados por esta y otras canciones) serán publicados más adelante... qué ganas de estar ahora mismo 'mojándolo todo'.

Yo Spankee


viernes, 23 de mayo de 2014

Chocolate vs vainilla.



Hoy se dio un debate interesante en Facebook acerca de si un spanker nace o se hace... la eterna discusión entre spankos que, para mi gusto personal, al final 'somos' spankos sin importar cómo haya sido nuestro proceso de descubrimiento y/o formación. Yo opiné que existen ambas (incluso más) versiones de un spanker... 

El spanker es nato... el buen spanker se hace a través de la práctica, la lectura, la investigación

El spanker es nato... el buen spanker se hace a través de la práctica, la lectura, la investigación, etc... pero los mejores spankers, esos que se convierten en parte importante y dejan huella imborrable en la vida de una spankee... esos son uno en un millón, además de la experiencia, el gusto, el deseo... tienen una personalidad arrebatadora... y yo conozco un par... soy muy afortunada.



Muchos de nosotros pasamos años y años sin saber lo que éramos, muchos incluso nunca se enteran... sin embargo es grato y es afortunado poder explicar (aunque sea a nosotros mismos) lo que somos, lo que nos gusta, lo que sentimos y lo que deseamos. En ningún momento nos hace mejores personas el anunciar que somos spankos natos o que en el camino descubrimos este maravilloso mundo, ¿cómo lo comprobamos?...

Siempre se agradece la experiencia de un spanker... pero es lindo el proceso de crecer juntos también...

Tampoco los años nos hacen sabios, eso debería ser una ley universal, sin embargo, y a opinión no solo mía; en el mundo spanko se mueven muchas emociones y actitudes porque, después de todo, solo somos una sociedad con gustos y perversiones en común... diría mi madre "hay de todo en la viña del Señor". Nunca faltan aquellos que ostentan toda su experiencia, como si ello los convirtiera en seres superiores que merecen aplausos y reverencias... pero también está la contraparte, aquellos que por ser 'nuevos' se ponen de tapete a esos que piensan que el suelo que pisan no los merece.

Yo (spankee) debo confesar que no siempre estoy en este mundillo, me encantaría no salirme jamás, pero la realidad está ahí siempre, latente, cruel... recordándome que la mitad de mí no pertenece ahí... que debo pisar fuerte en ambos lados para no perderme en ninguno de ellos... fue entonces que, dentro de la conversación/debate que sosteníamos, alguien dijo:  


El vainilla no puede alcanzar ciertas cotas. Lo hará "para agradar" pero no "porque le agrada."


... y fue cuando mi parte vainilla pesó mucho más... es decir, lo que me mantiene unida a esa vainillez es, ni más ni menos, el amor de mi vida. Entiendo mi parte spanko, a veces la apapacho mucho más de lo que debería... traté de introducir a mi (antes novio/spanker) esposo en todo esto pero, es cierto lo que se dijo en esa red social... nunca va a ser lo mismo.

Yo (spankee) he tenido contacto con diferentes spankers, la mayoría de ellos son más amigos y cómplices que otra cosa... sin embargo, y si me ponen a elegir, el hombre de mi vida y de todos mis mundos será aquel que me complemente, que me entienda, que sea auténtico y que, a pesar de que nuestros gustos sexuales no sean exactamente los mismos, sea capaz de ceder en detalles solo por 'agradarme'... porque además, lo mejor de este caso, es que he notado que lo disfruta, que de pronto se pone creativo, que me sigue el juego... cada punto de excitación, cada jadeo y cada erección suya, con nalgadas de por medio, es un delicioso trofeo que agrego a mi repisa.

Nunca será equiparable uno y otro mundo, cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras... no son mejores los spanko que los vainilla... ni viceversa... y yo no quiero salir de ninguno de ellos NUNCA!

Yo Spankee

miércoles, 14 de mayo de 2014

Un video más...

De nuevo con la misma cantaleta, este no es un blog de videos... pero es que no pude resistirme a este... UFF!!, espero que les guste.



Yo Spankee

sábado, 3 de mayo de 2014

Pros y contras...

Últimamente he estado 'envuelta' en distintas situaciones que me hacen dudar de la posibilidad de continuar en las redes sociales, no me mal entiendan, me encanta andar fisgoneando por todos lados... escribiendo tonterías al aire y esperar, porque nunca falta el que se lo tome personal... las reacciones a lo bestia son las más divertidas... pero lo cierto es que, por mucho que me diviertan algunas cosas, también está lo nefasto y eso es con lo que a ratos no puedo. Trataré de explicarme.

Dentro del mundo cibernético, YoSpankee es un personaje que ha conseguido posicionarse en el gusto de los lectores spanko... lo cual me da muchísimo gusto y agradezco de todo corazón... pero detrás del personaje hay una mujer con muchas fantasías aún por cumplir, muchos deseos guardados y bueno, toooooodo lo que carga cualquier mujer, ya sea de este o el otro mundillo... pero, desde que comencé con esto, no he dejado de toparme con personas que exigen de mí mucho más de lo que estoy dispuesta a dar...

Hace un par de días escribí en mi facebook que lo que hago, lo hago por el mero gusto... por placer... porque me satisface y me divierte... pero en el momento en que comienzo a recibir presiones de personajillos que insisten en que tengo ciertas "obligaciones"... ¡a tomar por culo!, dirían los españoles.
En definitiva yo soy dueña de mis decisiones y de mis acciones, sé que algunos pensarán que basta con ignorar a los que se la pasan fastidiando... que los mande a la chingada, como decimos los mexicanos; y que siga con lo mío que, a final de cuentas, es lo que importa... pero mi paciencia es más débil cada vez.

Me gusta saber de grupos que ha desarrollado lazos maravillosos de amistad y compañerismo dentro de esto que nos compete aquí: el spanking... pero aunque lo he intentado, jamás he conseguido ser parte de ellos, es decir, por separado me llevo muy bien con cada uno... pero en bola salgo sobrando. Las pocas veces que he tenido la intención de asistir a alguna reunión, carajo, mágicamente algo sucede y termino quedándome una vez más con las ganas... no miento si confieso ahora que nunca he estado en algún lugar con más de 2 spankos... 

Desde el principio me he topado también con gente maravillosa... hombres y mujeres que saben lo que quieren pero, más allá de eso, saben respetar los qué, porqué y para qué de los demás... eso, sin duda mis queridos lectores, es lo más importante de cualquier relación interpersonal, aquí o allá.

En algún momento me llamó la atención asistir a las fiestas, integrarme en alguno de los grupitos... pero no, no es lo mío y no voy a hacer nada que vaya en contra de mis necesidades o deseos... También debo decir que los grupos en facebook son buenos (no todos)... he conocido más gente con la que puedo interactuar vía cibernética sin ningún tipo de presión por conocernos o incluso sesionar... y cuando las cosas se han dado, he visto e interactuado con alguno pero porque quise... porque las personas lo ha provocado ganándose mi cariño, respeto y confianza; también lo acepto, no me he decepcionado.

Así que estoy en eso, decidiendo si me voy o me quedo... poniendo en la balanza las cosas buenas y las malas... buscándome nuevamente y estableciendo criterios para continuar, quizá de forma distinta, desenvolviéndome en esto que, sin lugar a dudas, es mi mundo preferido.

Yo Spankee

miércoles, 9 de abril de 2014

Dulce despertar...

Supongo que no es normal tener ganas de apapachar de más la cama, un día al año no hace daño... al menos es lo que reza el dicho. Algunas veces, las spankees que me leen podrán dar fe, los spankers arruinan la intención y nos obligan a ponernos de pie, alistarnos y cumplir con las obligaciones correspondientes... con un poco de suerte lo hacen nalgadas de por medio y, ni modo, a cumplir. En el peor de los casos saldrá la amenaza... lo triste es que dicha amenaza quedará flotando en el aire porque el ajetreo del día no puede posponerse, nuevamente apostamos a la suerte para que llegue la noche y, entonces sí, podamos cobrar factura...

Pero no son las únicas opciones, no no no... hay spankers (pocos acaso) que tienen presente que la spankee (perdonen que ahora me refiera solo al género femenino, pero es desde donde me encuentro yo)... decía: la spankee es también MUJER... y la atención que requerimos no se limita al lado spanko, que es delicioso, cierto; pero no tenemos que quedarnos solo con nalgadas o regaños.., podemos explorar o permitir que nos exploren más allá.

*   *   *

Desperté temprano, no puedo dejar que mi hombre beba a solas el café de la mañana... tampoco puedo evitar la deliciosa charla matutina antes de comenzar cada uno sus actividades. Es muy divertido jugar con mi pantufla mientras lo miro y él entiende que algo quiero.. y no es dinero, eh. Se pone de pie, se acerca a mí y trata de aplacar mis cabellos, alborotados por la almohada, utilizando ambas manos... me besa despacito en los labios y, manteniendo muy cerca su rostro, me dice: ni se te ocurra volver a acostarte en cuanto me vaya, tienes cosas qué hacer.

Mi hombre no sabe que mi cerebro (en realidad mi YoSpankee) responde ante la psicología inversa y aunque asiento a sus palabras, solo puedo pensar en correr de nuevo a la cama, acurrucarme y, celular en mano, revisar mi facebook spanko... y así es. Apenas pone él un pie afuera, yo corro a hacer uso de un par de horas libres... 

Diez minutos después escucho que se abre la puerta de la habitación, no puedo disimular que no estaba haciendo lo que sí... 

¡Lo sabía!

Me grita él entre divertido y amenazante mientras se dirige hacia mí con pasos largos.

Muero de risa, no puedo evitarlo. Me envuelvo en las sábanas como si ello pudiera librarme de lo que sospecho vendrá... pero me equivoco. Él comienza a abrir 'el envoltorio', me mira a los ojos haciendo de lado mi cabello nuevamente y me regala un beso apasionado. Aún están chocando sus labios con los míos, su lengua jugueteando con mis dientes y alcanzo a entender que balbucea un 'no sabes en lo que te metiste'. No me asusta.

Me tiene aprisionada entre sus brazos, contra el colchón y yo lo abrazo con mis piernas... me aprieta las nalgas con la mano entera, él sabe que no uso ropa interior bajo el pantalón de la pijama... ¡lo disfruta! Me da la vuelta, estoy boca abajo y ya me preparo psicológicamente para lo que vendrá... se tarda, solo escucho su respiración, volteo a mirarlo y lo observo pensativo... 

Cambié de opinión, me dice... esta vez te quiero boca arriba.

No entiendo bien lo que pretende, pero obedezco de inmediato... mi cuerpo ya ha comenzado a reaccionar, respiro un tanto agitada... en parte por la reciente 'lucha' y en otra por la excitación. ¡Cómo me gusta este hombre, MI HOMBRE!

Bájate el pantalón... obedezco... mejor quítatelo.
¡Tócate!
Separa las piernas y tócate... ¿estás húmeda?... claro que lo estás...
Así... 

Se acerca más a mí, puedo ver su rostro inclinado sobre la cama, mis muslos son el marco para esa sonrisa a medias y los ojos entornados que no quieren perderse detalle del recorrido de mis dedos por esos rincones que él sabe suyos. 

Sigue tocándote...

Suavemente toma mis pies y los pone en sus hombros, eso me obliga a levantar un poco la cadera pues él está ya de pie... así, mis nalgas se despegan del colchón y entonces entiendo sus intenciones. 

¡No dejes de tocarte!...

Unas cuantas nalgadas me hacen estremecer, la humedad entre mis piernas es el indicador de que el disfrute es real... mis dedos se deslizan con facilidad entre los pliegues de mi zona más íntima. Me muerdo los labios. Adivino la rojez que ya debe estar dibujándose en mis nalgas, la sonrisa y esas expresiones masculinas me indican que lo está disfrutando, está satisfaciendo sus necesidades... no todas todavía.

Soba la zona castigada, sus manos saben bien cómo moverse... sin embargo no se detiene ahí, sus dedos hurgan un poco más adentro, roza mi clítoris y nota cómo me estremezco pues me tomó por sorpresa... sabe que me tiene en sus manos, más allá de la manera literal... ahora sus dedos recorren esa línea que parece especialmente dibujada para él... llega hasta la parte alta de mis nalgas y regresa... de pronto se detiene en un punto medio, en ese huequito natural que lo invita a adentrarse en terreno desconocido... hasta ahora.

Las sensaciones van y vienen... suben y bajan, a ratos temo estar clavando mis talones, uno en su hombro y otro en su pecho... pero ya no controlo las reacciones de mi cuerpo, ¡no puedo!. Su dedo apenas toca la sensible piel que rodea mi, ejem... lo retira y me lo da a lamer... lo hago sin pensar, lo aprieto entre mis labios y lo recorro con mi lengua... lo retira ensalivado. Cierro lo ojos y me dejo llevar...

¡Abre los ojos, Laura!

... obedezco, pero más como reacción al sentir su dedo dentro de mí, más dentro cada vez...

*   *   *

Que tengan un excelente día... =)

Yo Spankee




viernes, 4 de abril de 2014

Antojos...

Nunca se ha caracterizado este por ser un blog de videos... pero hoy ando de antojo y, si aderezamos este con spanking... uff.




Yo Spankee

martes, 1 de abril de 2014

Murciélagos alborotados.

Cuando algo me afecta, de manera positiva quiero decir, me gusta hacer alusión a mis murciélagos... Muchas personas sienten mariposas en el estómago, otros cosquilleos por doquier... yo solo dejo ir a mis murciélagos que, siendo honesta, en el sentido spanko andan muy alborotados últimamente...

*   *   *

Nunca había experimentado una sensación similar, es decir, habíamos tenido sesiones antes y la conexión que hemos desarrollado mi spanker y yo ha hecho mágico cada encuentro, pero esta vez era distinto... su mirada fija me hacía agachar la cabeza, las culpas acumuladas presagiaban lo inevitable y los 'instrumentos' dispuestos sobre la mesa de noche me hacían estremecer, algunos por conocidos... otros por todo lo contrario.

  • - Sabes que te lo mereces, ¿verdad?


Sus palabras sonaban amenazantes pero tenían impregnado también ese aroma dulce que me hace confiar ciegamente en él. Yo solo asentía a cada una de sus preguntas dispuesta a pagar, de la manera en que él lo decidiera, todas y cada una de mis faltas.

Siempre he sido un contraste de reacciones... fuerte en la vida real, frágil a la hora de enfrentarme con mi YoSpankee... las piernas me temblaban cuando estaba ahí, de pie frente a él que, insistentemente, sostenía mi barbilla mientras una retahíla de regaños salían de su boca... mi corazón latiendo a mil, mis manos sudando mientras las frotaba entre sí por no saber de qué otra forma comportarme, más que como una chiquilla que ha sido sorprendida in fraganti.

  • - ... pero hoy vas a aprender, señorita, que todo tiene consecuencias... y que si te comportas como una niña, te castigaré como a una... pero tampoco puedo olvidarme que eres una mujer hecha y derecha... así que también lo pagarás como tal.


Tragaba saliva pues mi nerviosismo iba en aumento tras cada palabra, cada movimiento de su parte... mucho más cuando de pronto me ordenó quitarme toda la ropa y asumir una posición que jamás había utilizado antes cuando me castigaba... Un escalofrío me recorrió de punta a punta... mil preguntas se agolpaban dentro de mi cabeza. Mientras me desnudaba lentamente pude ver que se dirigió a la mesita y tomó un frasco, lo abrió lentamente con una, casi inadvertible, sonrisa maliciosa... 'lubricante', alcancé a leer en la etiqueta mientras él frotaba el viscoso líquido entre sus dedos...

  • - ¿Cómo es que llegamos hasta aquí, Laura?... prepárate para lo que viene...


*   *   *

¿Ven?... ¡así es que se ponen locos mis murciélagos!

Yo Spankee

martes, 11 de marzo de 2014

¡Más!

Hoy reconocí, a través de facebook, que lo que yo necesito (no solo en estos momentos, siempre) son unas nalgadas bien dadas, una cueriza de esas que dejan marcas, no solo en las nalgas, también en la humedad de mis rincones y en la bitácora spanko que servirá más adelante para momentos de 'necesidad'.

He reconocido también que hay cosas que mi esposo/spanker aún no consigue, es decir, esas cosas que forman parte de los 'rituales' spanko pero que son solo del conocimiento de aquellos que deambulamos por este mundillo. No me mal entiendan, no es que él no satisfaga mis necesidades, que lo hace... es que yo soy muy exigente y, los spankers que han jugado conmigo lo sabrán, siempre quiero más.

Los que han estado sumergidos en una ansiedad de este tipo sabrán entender de lo que les hablo... lamento no poder explicarme de mejor forma.

Hace tiempo que estoy buscándolo, necesito encontrar la forma de llegar a algún punto cercano a lo que en realidad necesito... no es solo el ardor de la piel o las incomodidades al permanecer sentada... es el recuerdo al morder mis labios, la contracción muscular al entrecerrar los ojos, la ansiedad por regresar el tiempo y volver a experimentar el cúmulo de sensaciones... en fin.

Estos días he estado escribiendo mucho, yo misma me sorprendo... pero el botón de 'delete' también ha estado activo... estoy por terminar la primera parte de una historia que surgió en mis sueños... y qué delicia, caray. Espero venir a publicarla pronto porque, además... pareciera que los tiempos no ceden, las oportunidades para dar forma a las letras están muy limitadas... además de mis dramas de mujer inconsolable.

Sé que me han pedido mantener actualizado esto pero, lo confieso, es más complicado cada vez pero no por ello dejaré de intentarlo... gracias por seguir aquí.

Yo Spankee

martes, 4 de marzo de 2014

Malena.

En contraste con las altas temperaturas que se habían sentido los últimos días,  hoy amaneció nublado con una, casi burlona, amenaza de lluvia. Malena despertó perezosa y, asumiendo los pocos pendientes que tenía en la oficina, decidió no ir, quedarse en casa y dormir más tiempo del correspondiente. Pasaron un par de horas en las que, sin querer, había pensado en lo mal que le caería la noticia a su jefe y se divertía pensando en los mohines de ‘don cascarrabias’.  Poco a poco el sueño la venció nuevamente y olas de fantasía se desarrollaban en su cabeza.

Se levantó corriendo pues había obviado todo, menos la junta con ese cliente extranjero para el que había estado trabajando tanto las últimas semanas, se suponía que hoy cerrarían el trato y, ¡vaya torpeza, cómo lo pude olvidar!.
De alguna manera pudo estar lista en menos de 20 minutos, tiempo récord pues siempre dedica al menos un par de horas para su arreglo personal.

Llegó derrapando a la empresa y con desesperación presionó los botones del elevador, como si con ello pudiera acelerar la llegada de cualquiera de los 2 cubículos con que contaba el edificio. Después de golpear repetidamente el piso con el tacón de su zapato, por fin se abrió la puerta y, casi histérica, empujó a quienes bajaban para entrar ella y rápidamente presionó los números de su piso.  Antes de volver a cerrarse la puerta del elevador pudo escuchar que se abría la del otro y que de el salían alegres risas masculinas, ¡no puede ser!... es el cliente y su jefe que seguro van de salida a almorzar después de la junta.

Molesta se desplomó sobre las paredes del elevador, sabía que seguramente el negocio habría sido un éxito, dada la reacción que vio en ambos hombres… pero no había sido ella quien lo cerrara y eso le traería graves problemas, además de una gran frustración personal y profesional. Ya estaba preparando sus argumentos y la forma en que encararía al jefe en cuanto este volviera, quizá esa tarde, tal vez el día siguiente.

Encorvada y con los ojos un tanto vidriosos llegó a su piso y, aunque hubiera preferido no cruzar palabra con nadie, llamó a uno de sus colegas para que la pusiera al tanto de la situación.

-       Malena, ¿dónde estabas?... marqué mil veces a tu celular y jamás respondiste.
 -       Lo sé, Daniel… amanecí con un terrible dolor de cabeza y, entre las pastillas que me tomé y que pasé casi toda la noche despierta,  me quedé dormida. Cuéntame, ¿qué pasó?... los vi cuando salieron del edificio.
 -       Me debes una… salvé tu pellejo. Tuve que inventar que estabas en el hospital con un pariente tuyo… y como afortunadamente el material que dejaste para la junta estaba completo, todo salió a pedir de boca. Seguro recibes felicitaciones en cuanto llegue el jefe.
 -       Eres un sol, Dany.

A partir de ese momento el día de Malena se tornó más tranquilo… incluso más iluminado a pesar de que afuera ya llovía a cántaros… optó por volver a casa y seguir con el ‘invento’ de Daniel… Al pasar por el comedor se encontró a dos compañeras con las que solía ‘chismear’ y sin poder evitarlo les contó la forma en la que había transcurrido su mañana.

-       Qué bárbara, Malena… lo bueno es que no te ‘cacharon’.

Entre risas de complicidad se despidió de las chicas y volvió a su departamento, eligió un par de películas y pidió una pizza  pues había decidido consentirse el resto del día, después de todo se lo merecía… aunque no estuvo presente en la reunión, el trabajo y el éxito del negocio eran suyos.

Se vistió cómodamente, se calzó un par de pantuflas, puso música mientras tanto y esperó a que llegara la comida, no pensaba levantarse del sofá después de que eso pasara.

Sonó el timbre, buscó el dinero y abrió la puerta.

- Dany, ¿qué haces aquí?- Me quedé preocupado, te vi muy mal hace un rato en la oficina, pero veo que ya te sientes mucho mejor…- Eh… sí, muchas gracias… no tenías que molestarte, ya hiciste suficiente por mí…

Daniel comenzó a dar pasos cortos hacia Malena con una actitud por completo amenazante, sus palabras no coincidían con el tono duro y seco que utilizaba al hablar con Malena, parecía más bien  sarcástico.

Malena, por su parte, daba pasitos temerosos hacia atrás, la actitud de su colega y amigo no era normal… intentaba aparentar que aún sentía el malestar y que sin afán de ser grosera prefería que la dejara sola…

-       Escuché cuando hablabas con Silvia y Miriam… así que todo fue un invento, jovencita…

¿Jovencita?... Malena tragó saliva y, por alguna razón sintió miedo… un miedo infantil que le recorría la espalda y que la hacía sentir como, cuando niña, era sorprendida en alguna ‘inocente’ fechoría’.

-       ¿Te das cuenta que tuve que mentirle al jefe?... y a ti, señorita, te parece todo tan gracioso… espero que lo que viene también te cause tanta gracia…

Antes de poder responder cualquier cosa, Malena sintió cómo Daniel la tomaba del brazo y la arrastró al sofá… el mismo que estaba preparado con un par de cobertores y mullidos cojines para disfrutar de las películas… no sería ahora ese el objetivo.

Sin mediar palabras, Malena fue tumbada sobre las piernas de Daniel y , contrariada, comenzó a recibir manotazos que, aunque eran amortiguados por la gruesa tela de su pijama, impactaban de manera sonora e incómoda en sus nalgas.

-       No me hagas esto, por favor Daniel…
-       No, Malena… esto te lo haces tú misma… ahora cállate que no pienso parar hasta que estés arrepentida de todo esto y entiendas el peligro en el que pusiste tu carrera, el negocio y hasta mi trabajo.
-       Yo no te pedí que mintieras por mí…
-       ¡Que te calles, dije!

La actitud de Malena no ayudaba, pero sí el amor que secretamente sentía por ella este hombre quien, además, había estado buscando esta oportunidad durante mucho tiempo… pasara lo que pasara, la experiencia de tenerla sobre sus piernas, nalgueándola, sintiéndola… era algo que no olvidaría jamás.

Nuevamente sonó el timbre…

-       Pedí pizza, dijo Malena rápidamente pues sabía que atender la puerta la libraría de esta situación tan embarazosa.

Daniel la levantó de un movimiento rápido, aunque no brusco. Poniéndose de pie se dirigió a la puerta, recibió la comida, pagó y despidió al chico que se retiró sonriente pues la propina había sido generosa.

Malena estaba muy sorprendida por la actitud de su amigo que siempre se había mostrado tierno, complaciente… hasta sumiso en ocasiones. Ella era consciente de cuántas veces se había aprovechado de la ‘buena voluntad’ del chico, cuántas veces lo había utilizado para salir bien librada de muchas situaciones, tanto personales como profesionales.

Daniel volvió a sentarse en el sofá, acomodó nuevamente a Malena sobre sus piernas y siguió lo que había sido interrumpido por el pizzero. Ella forcejeó y trato de convencerlo de que no era necesario que hiciera eso, que le ofrecía una disculpa por todo lo sucedido pero que no debía arruinar una amistad de tanto tiempo con algo como esto…

-       Es por tu bien, Malena… y si sabes lo que te conviene es mejor que te calles de una vez.

La nalguiza continuó por un buen rato más… al final estaba ella con las nalgas desnudas, el pantalón y el calzón en los tobillos, la cara bañada en lágrimas, la respiración agitada, la cola roja y adolorida, la arrogancia doblegada y una sorpresiva humedad en sus rincones más íntimos . Daniel, por su parte, estaba feliz.

Suavemente la levantó, la acomodó de forma que pudiera abrazarla y mirarla a los ojos. Le secó las lágrimas con el dorso de la mano y depositó un tierno beso en sus labios.

-       Gra… gracias, dijo ella y correspondió con  otro beso.
-       Me encantas… y me preocupas… ¿estás consciente de que haré esto cada vez que sea necesario?
-       Lo sé…
-       ¿Tienes hambre?
-       Hay pizza… respondió Malena sonriente.